La inacabada obra de la biblioteca del barrio La Coca de Aspe tiene a los vecinos preocupados e indignados. Preocupados porque niños y jóvenes drogadictos acceden al interior a través de los boquetes de la valla perimetral. Indignados porque la actuación lleva abandonada nueve años sin que, hasta la fecha, haya habido actividad alguna para finalizar una construcción que, según los vecinos, se ha terminado convirtiendo en una «narco-obra».
Además, en los últimos meses, se ha detectado en los bajos de esta estructura de hormigón una presencia frecuente de personas que aprovechan el anonimato para consumir todo tipo de sustancias estupefacientes. Un problema de inseguridad añadido que ha llevado a los vecinos a darle el calificativo de «narco-obra» a este edificio sin acabar que, además, se encuentra dentro del parque de la avenida Nía-Coca.
Los residentes de la zona denuncian las insuficientes medidas de protección que tiene el espacio. Algo que este diario ha podido comprobar, in situ, porque la valla no impide el paso a los cimientos y el encofrado de la proyectada biblioteca. Una actuación dotada con 3,1 millones de euros e iniciada en 2009 por el Consell de Francisco Camps, con cargo al fiasco que supuso el Plan Especial de Apoyo a la Inversión Productiva en municipios de la Comunidad Valenciana. Otro problema añadido es la ubicación de la malograda obra a escasos metros de una zona de juegos infantiles y una pista deportiva, en las inmediaciones de la urbanización Jardines de San Ramón y junto a los edificios de la avenida.
Las 200 familias directamente afectadas reclaman al Ayuntamiento de Aspe la instalación de un cerramiento sólido, o que se tapien todas las puertas y ventanas, para impedir el acceso a un lugar «potencialmente muy peligroso». Pero no es lo único. También piden una mayor presencia de patrullas de la Policía Local y Guardia Civil para evitar que se consuman drogas a escasos metros de niños pequeños jugando.
Militantes socialistas de la plataforma Activa SOE de Aspe han podido comprobar, de primera mano, la preocupante situación que está generando la abandonada obra «que impulsó el PP y dejó sin acabar por su incapacidad de gestión». Aseguran no tener dudas del trabajo que los responsables políticos actuales -PSOE y EU- están realizando para poder finalizar este edificio cultural en el menor tiempo posible. «Pero nos vemos en la obligación moral y política de advertir de la necesidad de garantizar, a instancias del Ayuntamiento, mejores medidas de seguridad en la zona que impidan el acceso al mismo y que intensifiquen la presencia de la Policía Local y la Guardia Civil para evitar el consumo de drogas», se puntualiza desde Activa SOE.
