El yacimiento arqueológico de Casas del Campo ha ofrecido en Villena nuevos e interesantes hallazgos que, según destaca la concejala de Museos y Cultura, Elena Benítez, «abren una asombrosa ventana a la historia de nuestro territorio en una época, como la romana, donde se produjeron gran cantidad de avances tecnológicos y sociales». En la presente campaña de excavaciones, finalizada hace unos días, los trabajos de campo se han efectuado en la parcela donde se encuentra el baño de la villa romana con el objetivo de localizar el mayor número de restos arqueológicos de una manera eficaz, mediante el trazado de una malla de sondeos.
En una primera fase la pala mecánica realizó un total de quince zanjas en el terreno y, posteriormente, se intervinieron manualmente aquellas que presentaban niveles arqueológicos. Gracias a esta nueva intervención, la cuarta desde el año 2017, se ha podido acotar en la parcela el espacio ocupado por los restos arqueológicos de esta villa romana proxima a la Vía Augusta. En esta ocasión cabe destacar el hallazgo de varias fosas oblongas excavadas en el terreno, además de objetos diversos como cerámica, restos de fauna, vidrio o material de construcción entre otros. Dos de las fosas se interpretan por los arqueólogos como puntos de vertido, tal y como evidencian los sedimentos quemados y carbones hallados en su interior. Los expertos los consideran descubrimientos de gran interés para establecer la datación del asentamiento y su perduración en el tiempo. Cabe recordar que los vestigios arquitectónicos más relevantes hallados hasta la fecha son un baño, un pozo, una estancia doméstica y otra dedicada al trabajo industrial en lo que podría ser una almazara.
Las excavaciones que el Museo Arqueológico José María Soler realiza anualmente, junto a colaboradores de la Universidad de Alicante, se enmarcan en un proyecto de investigación sobre el poblamiento antiguo en los valles de Villena, donde la comunidad científica trata de localizar yacimientos arqueológicos en las zonas llanas. La capital del Alto Vinalopó cuenta con importantes yacimientos arqueológicos como el de Cabezo Redondo, donde se han conseguido grandes descubrimientos de la Edad del Bronce.
Desde el Museo se pretende poner en valor otros vestigios de la historia de un territorio en el que se han asentado múltiples civilizaciones. Algo en los que ha influido su ubicación como zona de paso hacia el mar y la meseta así como su riqueza en recursos hídricos. En esta ocasión el equipo ha estado integrado por la arqueóloga Luz Pérez, dos trabajadores especializados, Miguel Martín y David González, dos voluntarios en prácticas de la UA, un técnico en fotogrametría, el arqueólogo Marco Aurelio Esquembre y el palista Pedro García.
Como ya se ha publicado, las primeras noticias arqueológicas sobre la villa romana aparecen en el año 1967 cuando José María Soler publicó un artículo sobre la romanización en la comarca, en el que se incluía la villa de Casas del Campo dando cuenta, ya entonces, de la existencia de fustes y basas de columnas. «Se trata, sin duda, de uno de los yacimientos arqueológicos más interesantes y desconocidos de nuestro territorio, el cual nos aporta gran conocimiento sobre la historia de nuestra ciudad durante la época romana y califal», señaló la concejala de Museos cuando se iniciaron las últimas excavaciones a finales del pasado mes de julio.
Desde 2018 el yacimiento se integra en un Plan General de Investigación aprobado por la Dirección General de Patrimonio. El fin es conocer en profundidad cómo se produjo la colonización romana, sus características y las influencias que tuvo en la población autóctona. En este sentido la villa romana de Casas del Campo sigue ocultado bajo tierra muchos secretos que irán saliendo a la luz con las futuras excavaciones.
