El estudio que está realizando el Instituto Nacional de Estadística (INE) para analizar la movilidad en el contexto de la pandemia revela que se están produciendo incumplimientos del confinamiento de Elda y Petrer los fines de semana. Los datos publicados por este organismo indican que decenas de personas se están desplazando cada domingo entre estas localidades y otros municipios cercanos, tanto en sentido de salida como de entrada. El hecho de que se produzcan en domingo, y que buena parte de ellos tengan como destino el área rural del término municipal de Elda da a entender que no son viajes de tipo laboral, o al menos no todos ellos, como sí es probable que ocurra con la mayoría de trayectos que se hacen entre semana.

El pasado 15 de noviembre, el área que comprende todo el espacio rural de 25559785y una pequeña porción del casco urbano -en el entorno de la calle Nueva- recibió la visita de 141 personas procedentes de Monóvar, 82 de Sax y Salinas y 21 de Villena, según el estudio. Asimismo, desde esa zona se desplazaron 113 personas a Monóvar, 82 a Sax y Salinas -puede que las mismas que habían ido allí, que regresaron- y 34 a Novelda. En las otras áreas del municipio de Elda hubo también desplazamientos con los citados municipios, en ambos sentidos pero en menor cantidad. Por su parte, de Petrer viajaron 264 personas a Monóvar, 240 a Sax y Salinas, 54 a Novelda, 34 a Villena y 20 a Alicante. Y a la inversa, llegaron a Petrer 90 personas desde Monóvar, 61 de Sax y Salinas, 45 de Villena, 39 de Novelda y 20 de Alicante.

Los citados desplazamientos son los únicos que ha detectado el estudio del INE, que se basa en el posicionamiento de los teléfonos móviles, además de los que se producen entre Elda y Petrer, que están permitidos. Por ello, resulta evidente que el confinamiento perimetral de estas localidades se está cumpliendo de manera abrumadoramente mayoritaria, pero que también hay quien presumiblemente se sirve del conocimiento de los caminos rurales de la zona para acceder desde los municipios contiguos esquivando los controles de acceso. El informe muestra, además, que la zona rural de Elda es el refugio dominical de cientos de personas de otras partes del municipio y de Petrer, a tenor de los desplazamientos que se han detectado. Esto ya era así en condiciones normales, pero es lógico que ahora se haya acrecentado. En Petrer no es posible obtener un dato similar, ya que el INE contabiliza todo su extenso término municipal como una sola área, pero es obvio que sus espacios rurales también serán muy frecuentados.

Por otra parte, el estudio también corrobora un descenso generalizado de la movilidad, tanto por motivos de ocio como laborales. En términos generales hay en torno a un 25% menos de desplazamientos que hace un año por estas mismas fechas. Entonces, según el INE, que tomó como referencia para medir esos viajes cotidianos la semana del 18 al 21 de noviembre de 2019, en torno a un 28% de los habitantes de la provincia salían de su área de residencia cada día. El miércoles 18 de noviembre de 2020, en cambio, lo hizo el 19,97% de la población. Otra variable con la que puede calibrarse este impacto de la pandemia sobre la movilidad de las personas es el número de individuos que entran en un día laborable a los centros de las ciudades sin residir allí, para trabajar o realizar otras gestiones. Hace un año accedían cada día al centro de Alicante 22.181 personas, 12.741 al de Elche y 7.739 al de Alcoy; ahora las respectivas cifras son de 13.016, 8.498 y 2.547 individuos.

También cae a la mitad el flujo diario al área de San Vicente del Raspeig que comprende el campus de la Universidad de Alicante, de 20.147 a 10.853 individuos. Y baja, aunque menos, el acceso a zonas industriales; por ejemplo, a Ibi acuden 2.458 personas, frente a las 3.072 de hace un año.

VILLENA MARCA LA EXCEPCIÓN Y ATRAE MÁS MOVIMIENTO


Villena es ahora mismo la excepción en la provincia a la caída generalizada de la movilidad. El pasado miércoles acudieron allí 3.730 personas, cifra muy superior a la de hace un año, de 2.893 individuos. La localidad aumenta su atracción hacia el Medio Vinalopó -Novelda y Aspe sobre todo-, quizá con el cierre de Elda y Petrer como una de las posibles causas, pero además es destino diario para decenas de personas de lugares a cierta distancia como Ontinyent, y de diferentes territorios como Almansa, Yecla y sobre todo Caudete, viajes que si se siguen haciendo es porque son de tipo laboral.

EL VACÍO DE BENIDORM Y OTRAS ZONAS TURÍSTICAS


La pérdida de visitantes en la ciudad icónica de la Costa Blanca muestra la caída de la actividad


El contexto de la pandemia ha hecho de que aumenten las visitas a los espacios de interior los fines de semana, tal y como publicó este periódico hace unos días. Sin embargo, la costa acusa el vacío, sobre todo los centros turísticos principales. El domingo 24 de noviembre 2019, el casco antiguo de Benidorm recibió 8.781 visitantes, y 14.057 la zona de la playa de Levante. El pasado 15 de noviembre, las cifras fueron, respectivamente, de 1.387 y 3.074 personas. Y, como es lógico, la inmensa mayoría eran de municipios cercanos como l’Alfàs del Pi, Altea, la Vila Joiosa u otras zonas del propio Benidorm. Hace un año, buena parte de los visitantes de ida y vuelta en el mismo día procedían de localidades de Valencia como Xirivella y Sueca.

Pero no se trata únicamente de un descenso de turistas. Los desplazamientos a Benidorm entre semana también han caído en picado, lo que es signo del freno en la actividad económica de la localidad que ha supuesto la pandemia. En noviembre del año pasado, el casco antiguo benidormí recibió la llegada de 5.812 personas diarias de media entre semana, mientras que el pasado día 18 fueron 2.254. En la playa de Levante, los números han bajado de 10.397 a 4.672 individuos, números que hablan por sí solos. El fenómeno se ha dado también en Torrevieja, cuyo centro ha pasado de recibir 10.011 personas diarias a 5.445, así como en Dénia, Xàbia y la Vila, entre otros, aunque de manera menos acusada.