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El secretario de Instituciones Penitenciarias, en el centro, entre el director de la cárcel de Villena y la subdirectora detenida. | PÉREZ GIL

Historia de una agresión bajo sospecha

El arresto de la subdirectora de Seguridad de Villena por simulación de delito no aclara aún si hay más implicados

Simulación de delito. La denuncia por agresión presentada en septiembre por la subdirectora de Seguridad de la cárcel de Villena causó recelo desde el principio, tanto entre sus compañeros de la prisión como en los investigadores de la Guardia Civil. No se equivocaron y una vez recabadas las pruebas la Benemérita ha detenido esta semana por simulación de delito a la funcionaria, la cual aún se mantiene en su versión inicial.

La detención de la ya exsubdirectora de Seguridad de la cárcel de Villena por inventarse su agresión al salir de su casa un día antes de prestar declaración por la actuación de tres funcionarios al reducir a golpes a un preso peligroso ha confirmado las sospechas y dudas que tenían gran parte de sus compañeros de la prisión sobre la veracidad de su denuncia y la propia Guardia Civil. Sin embargo, no ha aclarado aún si se trata de una acción aislada de esta funcionaria o hay más personas implicadas.

La asociación de trabajadores penitenciarios «Tu abandono me puede matar» (TAMPM), un colectivo creado hace tres años que continuamente está denunciando públicamente las carencias de los trabajadores y los incidentes que ocurren dentro de las cárceles, sí tiene claro que esta falsa agresión esclarecida esta semana por la Guardia Civil, en la que la denunciante dejó caer su posible vinculación con la misma, ha sido aprovechada por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias para «desacreditarles» de cara a la sociedad.

El tiempo dará o quitará razones, pero sí resultó llamativa la forma en que la cúpula de Instituciones Penitenciarias y el propio ministro del Interior salieron en defensa de la entonces subdirectora de Seguridad. Lejos de ser prudentes, como consideran asociaciones y sindicatos que deberían haber actuado, salieron en defensa de la subdirectora arrestada esta semana en su domicilio de Benidorm y convocaron concentraciones de condena por el «brutal ataque» en todas las cárceles, algo que no había ocurrido antes con agresiones más graves.

Hasta el propio secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz, se desplazó a Villena y se concentró junto a la «agredida», la subdelegada del Gobierno y mandos del centro. El grueso del colectivo de los trabajadores no se sumó a esta protesta oficial y realizó una otro día que congregó a más personas.

Tras poner en el punto de mira a los funcionarios por una agresión que, según la Guardia Civil, fue una invención, el objetivo de TAMPM es esclarecer lo que consideran una trama para desactivar a la asociación y en la que la subdirectora es «un simple peón».

La funcionaria acusada de denuncia falsa y simulación de delito, Carolina F., se acogió a su derecho a no declarar tras ser arrestada y, a pesar de desmontar su versión la Guardia Civil, mantiene su denuncia inicial de que la atacaron «cuatro o cinco personas». Tras su arresto ha dejado entrever que tiene «muchas cosas» que contar y afirma que quiere limpiar «mi nombre».

En su denuncia inicial ante la Guardia Civil de Villena, la exsubdirectora relata que el 3 de septiembre desapareció de su despacho en la prisión el teléfono móvil donde recibió mensajes amenazantes y tres días después sufrió la agresión. Según su versión, cuestionada ahora por la Guardia Civil, salió a las siete de la mañana de su domicilio en Benidorm y mientras veía a dos hombres que venían de frente notó que otras personas la sujetaban por detrás. Uno de ellos se le acercó y tras decirle «mañana calladita» le dio un puñetazo en la cara antes de huir corriendo todos ellos.

Carolina relacionó estos hechos con la visita al día siguiente de inspectores de Instituciones Penitenciarias a la cárcel de Villena, en la que ella y varios funcionarios debían prestar declaración. La funcionaria indicó que el móvil pudieron robárselo para no poder aportar unos mensajes amenazantes recibidos por WhatsApp, donde aluden al vídeo de la actuación de los tres funcionarios que resultaron heridos al reducir a golpes a un recluso que les atacó e hirió. «Sabemos que tenéis imágenes, bórrales o atente a las consecuencias», indicaban en uno de los mensajes, donde se nombraba a un directivo de TAMPM en Galicia.

Ahora se ha sabido gracias a la labor de la Guardia Civil que dichos mensajes presuntamente se los autoenvió ella misma, ya que el teléfono móvil desde el que se mandaron y el que se recibió estaban a su nombre y geolocalizados en el mismo lugar por una antena próxima a su domicilio de Benidorm. Carolina dice que no tiene explicación para dicha coincidencia. La Guardía Civil sí. Se lo ha dejado bien claro.

Dos investigaciones por el preso reducido a golpes y la filtración del vídeo

El interno que hirió a tres funcionarios no quiso declarar y un juzgado indaga por qué se filtró la grabación

Al margen de la investigación abierta en el juzgado de Instrucción número 3 de Benidorm por la denuncia de la presunta agresión a la subdirectora de Seguridad de Villena que resultó ser falsa, aún hay otras dos investigaciones judiciales que se siguen en Villena. Una es por la filtración, al día siguiente de la presunta agresión, del vídeo de las cámaras de seguridad donde salen tres funcionarios reduciendo a golpes a un preso que hirió a los tres el 16 de agosto, actuación que dio pie a otra investigación por las lesiones sufridas por los trabajadores.

Instituciones Penitenciarias cataloga a este interno de enfermo mental y «Tu abandono me puede matar» niega que padezca enfermedad psiquiátrica alguna y asegura que es peligroso y ha protagonizado medio centenar de incidentes. El preso fue citado por el juzgado para declarar por este incidente pero rechazó hacerlo.

El preso llegó a ser examinado por dos médicos de la prisión de Villena y ninguno detectó lesiones. Instituciones Penitenciarias le trasladó diez días más tarde a la cárcel de Estremera y minutos antes de la conducción, la subdirectora de Seguridad emitió un informe indicando que presentaba moratones en las piernas. La conducción se desvió a Valdemoro y otro médico le examinó pero no vio moratón alguno, según fuentes penitenciarias. El parte recogió solo un arañazo en el torso y un moratón residual en un párpado, lesiones que el preso atribuyó a una caída.

Cuando formalizó la denuncia la entonces subdirectora de Seguridad manifestó a la Guardia Civil que había pensado en no denunciar la agresión, tan solo la sustracción de su teléfono móvil, pero no aclaró si lo hizo a instancia de otra persona, como sospechan desde TAMPM, que tiene claro que hay más implicados en este «montaje».

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