Elecciones generales 23J

Vox se presenta como "auténtico voto útil" ante una posible pérdida de escaños

Las estimaciones sitúan a Vox en un máximo de 42 diputados, que disminuye hasta 25 en el peor de los casos.

Santiago Abascal, líder de Vox, durante la campaña electoral.

Santiago Abascal, líder de Vox, durante la campaña electoral. / EFE

EFE

A una semana de las elecciones generales, Vox encara la recta final de la campaña invocando al "auténtico voto útil" e intentando convencer a los indecisos para contrarrestar la posible bajada que le dan las encuestas y conseguir ser pieza clave en la formación del próximo Gobierno.

Insistirá en que solo su papeleta permitirá echar a Pedro Sánchez de la Moncloa, no la del PP, cuyo ofrecimiento al PSOE para que gobierne la lista más votada creen en Vox que les convierte en la única garantía del cambio político.

Los sondeos coinciden en apuntar un retroceso con respecto a 2019, cuando lograron el apoyo de 3,6 millones de electores, el 15 por ciento de los votantes, y 52 escaños en el Congreso, además de dos senadores.

En los comicios del próximo domingo no igualará esos resultados, según apuntan las estimaciones, que sitúan a Vox en un máximo de 42 diputados, que disminuye hasta 25 en el peor de los casos.

Su líder, Santiago Abascal, se revuelve contra estos pronósticos al estar convencido de que "no reflejan la realidad", sino que buscan "moldearla", y niega la mayor apelando a lo ocurrido hace cuatro años, cuando doblaron las predicciones.

"Las encuestas siempre son muy antipáticas con Vox porque las carga el diablo", le gusta decir, pero en Bambú, sede nacional de la formación, asumen que puede haber un retroceso en sus apoyos a favor del PP y sitúan su respaldo en los 40 asientos.

Son conscientes de que una excesiva concentración del voto en el PP en las provincias medianas y pequeñas puede dejarles atrás, por la asignación de escaños que establece la ley electoral.

Vox podría dejar de ser tercera fuerza política y lo que, para sus intereses sería nefasto, perder capacidad de influencia en el nuevo Gobierno.

Por eso, Abascal y el resto de líderes del partido, especialmente Ignacio Garriga, Jorge Buxadé e Iván Espinosa, llevan recorriendo pueblos y ciudades en diferentes caravanas desde el pasado 24 de junio.

Volvieron a echarse a la carretera sin descanso catorce días antes de comenzar oficialmente la campaña y solo un mes después de concluir la de las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo que tan buenos resultados les dieron, sobre todo porque le permitieron ser la llave de muchos gobiernos y obligar al PP a pactar por primera vez.

En los cinco días que quedan para las generales echarán el resto pidiendo el "voto seguro" para reproducir un nuevo pacto con los populares, pero esta vez para entrar en la Moncloa.

Estar en el Consejo de Ministros, incluso con una posible vicepresidencia para Abascal, sería una condición que exigirían a Alberto Núñez Feijóo, porque tienen claro que, aunque el líder del PP obtenga la mayoría, le faltarán escaños para poder gobernar.

Ante los votantes, pondrán como aval que gracias a ellos la "alternativa" ha llegado a lugares como Baleares, Extremadura o la Comunidad Valenciana y avisan a Feijóo, pero también a los suyos, de que "no hay que vender la piel del oso antes de cazarlo", porque "no todo está hecho".

"Quedan muchos días para que hablemos, para que discutamos en los debates y para que se conozcan los programas", decía este viernes Abascal, que el miércoles será el único representante de la derecha en el nuevo debate organizado por RTVE con los candidatos de los principales partidos y en el que se enfrentará a Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, después de que Feijóo declinase asistir.