El entrenador del Zaragoza, José Aurelio Gay, reconoció ayer, 24 horas antes de la visita del Hércules, el delicado momento por el que atraviesan las relaciones entre la afición y la directiva del club tras el mal inicio de temporada del equipo. "Me gustaría que el ambiente en la Romareda fuera otro hacia el palco y que hubiera menos hostilidad", reconoció el ex jugador zaragocista. Al mismo tiempo, confió en que una buena actuación de sus jugadores ante los de Esteban Vigo pueda revertir la actual situación de tensión entre el palco y la grada: "Estoy seguro de que si le ofrecemos cosas buenas a la afición mañana [por hoy], estarán a muerte con nosotros".

Gay es consciente de la importancia del choque de hoy ante el Hércules, después del tropiezo en Santander (2-0) y en el anterior encuentro en casa con el Málaga (3-5), en el que los andaluces hicieron sus cinco goles en los 35 primeros minutos. "Esperamos poder hacer el partido que necesitamos en un momento delicado como éste", reconoció el entrenador, que reconoció que él y la plantilla se encuentran dolidos tras la derrota en El Sardinero.

El preparador zaragocista también hizo algo de autocrítica cuando hizo hincapié en que sus jugadores deben poner esta noche frente al Hércules "un poco más de intensidad", al tiempo que reclamó más acierto y más suerte. "Nada de esto tuvimos en Santander y esperamos tenerlo frente al Hércules", matizó Gay.

Las críticas de la afición por la confección de la plantilla tras los apuros pasados la temporada anterior y el mal arranque del actual curso han convertido la Romareda en un polvorín y han redoblado la presión sobre la plantilla del Zaragoza. Gay se reunió el lunes por la tarde con la plantilla y mantuvo una larga charla de casi una hora, en la que entre otras cosas, hizo una llamada a la tranquilidad "para no caer en la ansiedad porque, de ser así, terminará perjudicando al rendimiento del equipo", reconoció ayer.