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Motivos para creer

Motivos para creer

«Nos han faltado dos jornadas para acabar campeones». La reflexión en voz alta de Vicente Mir en la desierta sala de prensa del municipal de Lloseta denotaba una rabia también compartida en el vestuario. No hay que ser un sesudo analista para darse cuenta de que con un poco más de intensidad y un delantero como David Mainz desde agosto, el Hércules hubiera conquistado la primera plaza con holgura. Al final el premio gordo fue para un Reus al que los blanquiazules ganaron 0-3 en su propio campo. Fue el 7 de febrero y por entonces ya todos tenían claro en la plantilla que había que apretar los dientes, trabajar mucho en los partidos y no dar concesiones atrás. Con esta sencilla receta el Hércules ha firmado su mejor puntuación en Segunda B con 71 puntos, llega a la promoción con más de tres meses a sus espaldas sin perder y con su ariete David Mainz con el gol en vena: ha marcado ocho desde enero.

Es innegable que el Hércules afronta la promoción con más garantías que el año pasado. La plantilla es profunda, suma 24 ascensos y todos en el vestuario tienen grabado a fuego lo que sucedió en el Ramón de Carranza. Hay deseo de desquite, de borrar de sus mentes el nombre de Carlos Sánchez Laso (que misteriosamente sigue sin arbitrar desde su gran obra en Cádiz) y dar una alegría a la ciudad. Ahora queda lo más difícil. Todo lo que no sea acabar primero deja al Hércules abocado a una promoción con tres eliminatorias en la que no te puedes permitir un mal día. Por calidad y experiencia, el equipo de Mir es el rival a evitar por todos, pero ahora toca refrendarlo en el césped. También tienen claro en el vestuario que la afición no va a fallar pese a que los abonados tengan que pasar por caja. Empieza lo bueno y el botín es suculento. Soy un firme defensor de que un ascenso a Segunda División es más importante y sabe mejor que uno a Primera. Se deja atrás el pozo y la seria amenaza de la desaparición. Hay mucha deuda por devolver y sin los ingresos televisivos de la LFP, el panorama es para echarse a temblar.

El primer obstáculo

Por las oficinas del Rico Pérez nadie quería un emparejamiento con el Sevilla Atlético para abrir boca y el preferido era el Socuéllamos pese a su pequeño campo de césped artificial. El bombo deparó el cruce con un Tudelano que hace pocas horas acaparó el interés de los medios nacionales porque su portero, Mikel Pagola, superó el récord de imbatibilidad de Abel Resino. 14 encuentros acumula el equipo de «Manix» Mandiola sin encajar y no pierde desde noviembre. Será una buena piedra de toque para el Hércules, que cuenta con la ventaja de jugar la vuelta en un Rico Pérez sediento de partidos grandes.

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