El centrocampista alicantino Borja Martínez se ha despedido de los aficionados del Hércules a través de una carta en las redes sociales en las que ha reconocido que se va con lágrimas en los ojos por dejar el club de su vida.

El jugador, que tenía un año más de contrato, no seguirá en la entidad al haber ejecutado el club una cláusula de rescisión unilateral en caso de descenso de categoría y no encajar dentro de las previsiones económicas de este curso.

Borja, formado en la cantera del Hércules, regresó a la entidad hace dos años tras realizar una gran temporada en el Elche, pero en Alicante no ofreció el nivel esperado.

En su primer año, y tras disputar diecinueve partidos y anotar tres goles, fue cedido al Ibiza al finalizar la primera vuelta y esta temporada participó en dieciocho encuentros en los que sumó dos tantos.

"Volví a casa con la mayor ilusión del mundo, de volver a vestir la colores que me han hecho crecer durante muchos años, media vida", afirma el alicantino, quien asegura que durante su etapa en el club "me he vaciado por el escudo cada día, cada entrenamiento y cada partido".

"Han sido dos temporadas muy duras en lo personal y lo colectivo, pero si pudiera volver atrás en el tiempo tomaría la misma decisión de venir aquí, a mi club", añadió.

El alicantino agradeció el trato a todos los empleados del club y a la afición, a la que calificó de "exigente", pero a la altura de la entidad.

"No es un adiós, es un hasta pronto. Ninguna persona o circunstancia hará que cambie mi sentimiento por este escudo", sentenció.