Máxima preocupación en el Hércules. Dos de los tres «nueves» del equipo tienen difícil, en el mejor de los supuestos, llegar en condiciones de jugar el partido del domingo frente al Pulpileño, que se ha convertido en transcendental después de perder frente al Socuéllamos. El pobre bagaje goleador que exhibe el equipo de Sergio Mora y las lesiones de Javier Acuña y Raúl González, que deben marcar diferencias en el ataque en el tramo decisivo de la temporada, han activado las luces de alarma en un proyecto con una tendencia rutilante a la desintegración que no se puede permitir el lujo de descolgarse más de la cabeza si no quiere renunciar a la primera vía de ascenso antes de lo soportable.
El ariete alicantino recibió un golpe fortuito en el entrenamiento previo al viaje a La Mancha del sábado. Un bocadillo muy doloroso que le dejó afectado el cuádriceps y ayer le impidió participar incluso en la parte más suave del entrenamiento. El paraguayo, que fue titular en el Paquito Giménez, estuvo media hora sobre el césped antes de sentir un pinchazo en el isquiotibial que le obligó a pedir el cambio.
El Toro tiene afectado el isquiotibial y el nueve alicantino sufre el efecto de un «bocadillo» en uno de los cuádriceps
Es la quinta lesión del Toro desde que llegó al club el verano de 2020 y, en principio, la menos grave de todas. A pesar de eso, el ariete sigue sin poder completar un encuentro como blanquiazul. Ha disputado 13 como futbolista del Hércules y en ninguno ha disputado los 90 minutos, un hito negativo insólito. A pesar de haber disputado solo el 18% de los minutos esta temporada, lleva dos goles. El curso pasado, con peor registro de participación, hizo uno, el de su debut como herculano.
El calvario del paraguayo es interminable, un «vía crucis» con más estaciones de penitencia que momentos memorables... para bien. La suya es una pelea contra todo, también contra sí mismo, que pone a prueba su fortaleza mental.
LAS OTRAS LESIONES DEL TORO
1 >> Fractura parcial de la fascia plantar
►En su estreno como blanquiazul, en 2020, el Toro fue capaz de marcar estando ya lesionado de cierta gravedad.
2 >> Fractura no desplazada del peroné
►Después de mes y medio de baja, vuelve a ser titular frente al Levante B y cae tras una durísima entrada a los 15’ de partido.
3 >> Rotura del ligamento cruzado anterior
►Reaparece a los dos meses, en Villarreal y, en los dos primeros minutos, salta y, al caer, sufre la temida «triada» con 32 años.
4 >> Fractura completa del menisco izquierdo
►El calvario parece acabar en octubre pasado. En su 2º partido, en Elda, marca de cabeza y, 5 minutos después, un mal giro, le deja K.O.
Tanto Raúl González como Javier Acuña están pendientes de las pruebas médicas que determinen la gravedad real de sus dolencias. Ambos jugadores necesitan que la mutualidad que cubre las demandas médicas del Hércules, Umivale, le dé cita para someterse al examen radiológico, ya que es esta gestora de salud laboral la que firma las altas y las bajas laborales. En los dos casos hace falta que se rebaje el la inflamación de la zona dañada para que la ecografía o, en su defecto, la resonancia, arrojen un resultado 100% fiable, que es a lo que está esperando la entidad blanquiazul para no errar en el diagnóstico.
Nico Espinosa y Chuli, que tampoco viajaron a Socuéllamos, arrastran molestas musculares, pero en ninguno de los casos su baja ha estado acompañada de un parte médico oficial. Se supone, atendiendo a las palabras de Sergio Mora del viernes pasado, que el canterano tiene una sobrecarga. Ayer aprovecharon la sesión suave de recuperación para los titulares para seguir con la rehabilitación.
Hoy el equipo tiene día de descanso, una jornada que el club espera poder aprovechar para que Raúl González y Javier Acuña pasen por el especialista, aunque, ayer, ese punto no estaba garantizado al 100%. Nico y Chuli, sin aparentes roturas, deberían reintegrarse en el grupo mañana, en Fontcalent.
Cuatro atacantes en duda para recibir al Pulpileño en el primer día de trabajo, dos titulares y dos de rotación básica que siempre acaban jugando y, sobre todo en el caso del delantero de Alicante, siendo determinante en el paso al frente del equipo tras los cambios en las segundas partes. Máxima preocupación, en el Hércules, es ya un rasgo de personalidad.
