Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Tribuna

100 años, 100 entrenadores (XVII)

Esteban Vigo

La 06-07 fue la del desembarco de alicantinistas en el Hércules por petición expresa de Bordalás, otrora técnico celeste. Llegaron Sendoa, Albacar y Mantecón, además de jugadores que a la larga serían tan importantes como Farinós y Tote. Cuatro derrotas seguidas en Liga dieron por terminada la etapa del técnico de Rabasa a comienzos de octubre. Era el primer despido de su carrera y sólo repitió disgusto otra vez más (en Elche), y ya son tres décadas en los banquillos. Albacar, uno de sus pupilos, salió a defenderlo: «El míster no tiene ninguna culpa de las derrotas». Llegó Josu Uribe, un técnico precoz en su Asturias natal y que con 35 años logró ascender al Getafe por primera vez a la élite. Su pasado en el Elche y su mala relación con Moisés, uno de los ídolos de la afición, fueron sus dos principales hándicaps a su llegada.

Paquito

El equipo sacó la cabeza, pero siempre estuvo mirando por el retrovisor y una mala racha a falta de cinco jornadas para el final fue suficiente para zanjar la vinculación de Uribe con el Hércules. La crispación que se había generado en el vestuario fue la gota que colmó el vaso. «La marcha del entrenador puede suponer una descarga de tensión en la relación entre el entrenador y los jugadores», argumentaba Subirats. Cogió el equipo Paquito Escudero, hombre polifacético, y el equipo logró la permanencia. Uribe sigue su carrera y acaba de firmar por el Mensajero de Segunda RFEF.

Josu Uribe

El tercer proyecto en Segunda se debatía entre José Luis Oltra y Andoni Goikoetxea, pero la incorporación del valenciano al Tenerife (con el que luego ascendería a Primera) dejó vía libre para el vasco. Goiko fue claro en su presentación: «Me gusta la presión y no vendo humo, no sé si ascenderemos, pero pelearemos por ello». Fue un año en el que se vieron brotes verdes, el equipo fue el más goleador de la categoría (se vieron grandes resultados: un 5-1 al Eibar, un 4-6 en Málaga), pero no estuvo ni una sola semana en puestos de ascenso. El equipo quedó sexto y el entrenador de Alonsotegi, que había firmado por un año, se marchó de la entidad tras haber protagonizado algunos desencuentros incluso públicos con el club durante el curso. Plenos poderes para Juan Carlos Mandía, que comenzaba así su segundo periplo en el Hércules. Era mayo de 2008, aún quedaba Liga para el Hércules, pero ya se sabía que el gallego llegaría como entrenador y como mánager general. Aquella 08-09 que comenzaba quedaría para siempre en el recuerdo: 78 puntos que fueron estériles para conseguir el ascenso a Primera, que sí obtuvieron Xerez, Tenerife y Zaragoza. Todo un récord amargo.

Mandiá

A final de curso, pasadas las Hogueras, Mandía comunicaba que dejaba el club para marcharse al Racing y así poder entrenar en Primera. Pagaba su cláusula y hacía oídos sordos a la contraoferta de Ortiz, que le daba cinco años más. «Supongo que habrá gente que no entienda mi decisión», aseguraba Mandía en rueda de prensa, cuya decisión le generó muchos detractores en Alicante, donde su marca deportiva estaba inmaculada: un ascenso a Segunda y una brillante temporada sin premio.A rey muerto, rey puesto. El Hércules, que ya contaba con un equipo de nivel y que había dejado atrás las dudas de sus primeros años como recién ascendido, barajaba ahora contratar a Juanma Lillo o a Esteban Vigo. Pese a estar cerrado el acuerdo con el primero, Paquito optó por el segundo y no se equivocó. El Hércules regresaría a la élite 13 largos años después. Esta vez sería con 71 puntos y en una liga que comandaría durante varias jornadas. Con susto incluido: siete jornadas sin ganar entre marzo y abril. Supo subsanar la situación. El Hércules era de Primera.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats