La primera de doce

El camino hacia el ascenso tiene 33 estaciones, doce de ellas incómodas, sin césped natural en el que clavar los tacos y esperar un bote previsible de la pelota. El Hércules juega este domingo el primero de la docena de encuentros de Liga sobre caucho, sobre la hierba sintética del Camp Municipal de Formentera, un escenario en el que todavía no ha conseguido ganar.

En su última visita, el año pasado, el alicantino Álvaro Salinas agudizó la crisis defensiva del equipo que dirigía Ángel Rodríguez sin fundamentos de contención aplicados al equipo. Allí empezó el verdadero declive del entrenador leonés, que fue incapaz de sacar rédito al tanto de Míchel al final de la primera parte después de sufrir sobremanera los primeros 45 minutos.

El Hércules testará el bloque antes de cubrir la ficha libre

El Hércules necesita ser primero al final de la temporada regular porque es lo único que le garantiza dejar de una vez la cuarta categoría del fútbol español. Para que eso ocurra le hará falta establecer una inercia de triunfos constante, dinámica, y eso le obliga a obtener buenos resultados también en las plazas de moqueta porque suponen un tercio de las jornadas que le restan por disputar.

La campaña anterior, el conjunto alicantino vivió ocho salidas a campos sin hierba. No ganó su primer partido hasta la cuarta. En las tres primeras, un punto de 9 fue la cosecha. El proyecto de Ángel Rodríguez igualó en El Prat, pero perdió después en Formentera (2-1) y en Terrassa (3-1).

Con esa media, las posibilidad de concluir campeón la temporada son muy bajas salvo que firmes números de récord en el resto de superficies. El primer triunfo a domicilio en un terreno de juego de moqueta lo selló Lolo Escobar. Se impuso consecutivamente en Sagunto (2-3), en Badalona, y al Ebro en el municipal La Almozara, ambos con idéntico marcador (0-1) y los tres con la misma dosis de fortuna, una muy elevada.

Esos encuentros salvados milagrosamente le dieron al Hércules la posibilidad de pensar que podría llegar a tiempo de jugar el «play-off», pero se quedó en eso, porque la suerte se rebajó y se recuperó la realidad de un vestuario al que ninguno de sus dos responsables técnicos sacó más recursos de los pocos que ostentaba.

El balance sobre césped de mentira fue negativo, 11 puntos sumados de 24 posibles. Históricamente, a los clubes con la idiosincrasia herculana se les atragantan los campos que no se riegan de manera natural, que no esconden raíces ni se siegan.

Trece años de búsqueda estéril de un modelo de éxito

Pero la entidad del Rico Pérez, por primera vez, ha apostado por futbolistas a los que no les sorprende la dureza del campo ni la irregularidad de los botes del balón, por lo menos no a la gran mayoría.

Rubén Torrecilla ha programado dos sesiones en un terreno similar al que se encontrarán sus jugadores en el desplazamiento hasta la isla. El equipo entrena hoy y mañana en la ciudad deportiva Antonio Valls. El preparador no ha querido fijar alguna más para evitar riesgos en el comienzo del curso. Ayer, en Fontcalent, se ejercitaron todos al mismo ritmo, incluidos Nico Espinosa y Agustín Coscia, que se quedaron fuera de la última convocatoria por sendas sobrecargas musculares.