Segunda RFEF

Trece años de búsqueda estéril de un modelo de éxito

El Hércules cambia su estrategia, apuesta por jugadores jóvenes, renuncia a los fichajes mediáticos y fía el objetivo a una plantilla contrastada en Segunda RFEF y a un entrenador con dedicación y con capacidad para hacerlos crecer

Reencuentro de Enrique Ortiz y esteban Vigo antes del partido para festejar el Centenario del Hércules.

Reencuentro de Enrique Ortiz y esteban Vigo antes del partido para festejar el Centenario del Hércules. / Rafa Arjones

Pedro Rojas

Pedro Rojas

En la vida de cualquiera, el camino de regreso siempre parece más corto, pasa más deprisa. Lo sientes de ese modo porque ya sabes dónde vas y lo que te espera cuando acabes de masticar las emociones del viaje de ida. En el fútbol casi nunca es así. Ahí, cuando caes, rara vez lo haces para levantarte de inmediato. Lo normal es padecer. Y si te descuidas, si fallas al primer intento, te acaba devorando el sufrimiento y la impotencia de querer y no poder, de malgastar el dinero, de no ver solución, de llegar a convencerte de que pesa sobre ti una maldición. Nada más lejos. Muchas veces es cuestión de método, de encontrar uno que sea bueno y de insistir en él. El Hércules tiene algo importante, músculo financiero, pero le han faltado otras herramientas, entre ellas, la suerte, el único intangible del juego que no se puede comprar, que no tiene precio.

Cambio de paradigma

Después de 23 entrenadores, nueve responsables deportivos y trece temporadas finalizadas sin cumplir el objetivo, el Hércules ha decidido renunciar al oropel extrafino de los fichajes mediáticos, de las altas de relumbrón y ha asumido su condición de equipo peleando en la cuarta categoría del fútbol español, rodeado de caucho por todas partes, de hierbas gastadas y realidades de esparto. En ese escenario, ha dado prioridad por primera vez a una mayoría amplia de nombres con experiencia en Segunda RFEF y los ha puesto en manos de un técnico que tiene algo que enseñarles y muchas ganas de hacerlo.

25 AÑOS.

Media de edad de la plantilla del Hércules 2023/2024

► Únicamente dos futbolistas tienen más de 30 años, Josema y Míchel Herrero.

Ha hecho una apuesta por perfiles con margen de mejora en un buen momento de progresión, tipos en crecimiento, no de retirada, futbolistas a los que no les asusta el bote irregular de la pelota, que corren con generosidad, que no se guardan ni se miden. Nada garantiza el éxito en el Deporte, pero sí que hay muchos factores que propician los fracasos, evitarlos es el único paso medio seguro de camino al ascenso.

Trayectoria del Hércules de Alicante desde la temporada 2010-2011.

Trayectoria del Hércules de Alicante desde la temporada 2010-2011. / INFORMACIÓN

Idea clara

El Hércules, que llegó a Primera en 2010 por un camino sombrío –ese que transitaban todos en una época y un deporte que normalizó la trampa, en un periodo del balompié en el que la costumbre aceptada empujaba a volar fuera del radar–, se ve más de una década después apelando a la sencillez, a la fe en la honestidad profesional de futbolistas con contratos ajustados a mercado, sin inflar. Saber que a tu alrededor todos comparten un salario similar disminuye las desigualdades y equilibra la demanda de esfuerzos. Se puede reclamar a todos por igual... y por el máximo, ya que el crecimiento a lograr es mutuo al haber un futuro común al que mirar porque a todos los integrantes les queda mucho recorrido profesional.

La bomba Romera

A pesar de haber asumido que el modelo correcto era el seguido desde el último fracaso, a punto se estuvo de echarlo a perder porque, al final, los hábitos y los vicios se adhieren como las manchas de vino al mantel. El mercado brindó la oportunidad de fichar a Dani Romera, un futbolistas de evidente superior categoría y el Hércules trató de ficharlo. Le propuso un salario que suponía casi el doble de el del jugador mejor pagado y eso solo puede salir bien si el beneficiario compensa con goles cada euro que percibe. 

Si no es así y resulta que son otros los que empujan, los que tiran del carro, entonces el día a día se complica sobremanera y la hilera de agentes preguntando qué hay de lo mío y de jugadores reclamando mejoras sustanciales o negándose a renovar se convierte en un vía crucis, en un sálvese quién pueda que rara vez termina bien. Dar con el modelo es fundamental, pero creer en él lo es todavía más. Sin constancia, el éxito es frugal, efímero y, probablemente, casual.