La mascletà con la que arranca el ciclo fogueril siempre es muy casera. La fauna política autóctona campa a sus anchas sin tener que atender a «invitados especiales» llegados del resto de la Comunidad para la ocasión ni tampoco a sus líderes autonómicos. Hay relajación a la espera de la vorágine festera que se avecina. Sin refuerzos externos, la primera toma de contacto con las fiestas de San Juan se convirtió en un termómetro del estado de las jerarquías locales. En una jornada de pedigrí monárquico, los reyes fueron los de casa.

Recuperada ya de su baja, la alcaldesa Sonia Castedo vuelve a ocupar el centro de la escena del PP en Alicante. Sigue atesorando un dominio absoluto del espacio fogueril. Es su hábitat natural. A expensas de lo que ocurra con las listas del PP y de la decisión que se tome con los imputados en investigaciones por corrupción, todos los actores del ecosistema popular de la capital se dejaron ver en el sarao. Junto a Castedo y al edil de Fiestas, Andrés Llorens, acudió a la mascletà -escaparate festero de la jornada- la práctica totalidad del equipo de gobierno -Carlos Castillo, Luis Barcala, Marta García-Romeu, Sonia Alegría, Mari Carmen de España, Juan Seva...- y también Asunción Sánchez Zaplana, consellera de Bienestar Social y la cuota de la capital en el gobierno de la Generalitat. No faltó tampoco Elisa Díaz, hija del exalcalde Luis Díaz Alperi y diputada en las Cortes. Del Palacio Provincial, sin embargo, apenas sí hubo representación: los diputados Javier Sendra, Juan Bautista Roselló y, acompañado por otros cinco alcaldes de la Marina Alta, Ximo Ferrando. Punto.

A meses de la cita con las urnas autonómica y municipal, en las filas populares, pese a las jornadas festivas que quedan por delante, hay tensión preelectoral. A sabiendas de que a la vuelta de las vacaciones se inicia una larga carrera camino de los comicios más decisivos desde 1995, en el PP sólo piensan en intentar sacar a sus votantes de la abstención con una mejora de la economía. Era la «comidilla» de los conciliábulos populares, aliviados eso sí por las dificultades de los socialistas. «Están aún peor que nosotros», definió un cargo popular a modo de consuelo y muy crítico, en las primeras Hogueras sin Canal 9, por los problemas del PP para comunicar.

A la espera de que hoy se incorpore Gabriel Echávarri -en Madrid para la proclamación de Felipe VI- y de que llegue Ximo Puig, la presencia en el escenario festero de los ediles María José Adsuar, Alejandro Parodi, Manuel Marín y Loles Fernández -dos críticos y dos oficialistas- y del diputado provincial Edmundo Seva no tapó al que sigue siendo la imagen de ese reino socialista cada vez más alejado de este mundo: Ángel Franco, pilar que sostiene a la actual ejecutiva local y metido ya en otra batalla interna para elegir al nuevo «jefe» de Ferraz. Entre unos y otros, el edil de UPyD. Fernando Llopis, entregado a la moda de fotos, selfies y posados con la izquierda, con la derecha y con el centro. Y por encima de todos, aún sin partido, el rector Manuel Palomar, tocado por el don de la ubicuidad. Como si fuera el Nostre Senyor. Amén.