Elecciones EEUU 2024

Caucus de Iowa: Los Estados Divididos de América laten en la Eternidad

El proceso de votación en Iowa es algo casero y también democrático. Este diario lo vive en una iglesia a las afueras de Des Moines

Caucus de Iowa: Los Estados Divididos de América laten en la Eternidad.

Caucus de Iowa: Los Estados Divididos de América laten en la Eternidad. / EFE

Idoya Noain

Los caucus de Iowa han dejado este lunes un ganador claro, Donald Trump, pero en la Eternidad laten los Estados Divididos de América, o al menos los que aún, o de momento, bajo la superficie del dominio abrumador del expresidente, separan también al Partido Republicano.

Eternidad es una iglesia evangélica situada en un moderno edificio a las afueras de Des Moines, la capital. Es la que ha elegido El Periódico de Cataluña, del grupo Prensa Ibérica, para ser testigo de la jornada electoral y de este proceso de votación tan arcaico y casero como democrático y transparente.

Aquí es donde Ron DeSantis, poco después del desastroso lanzamiento de su campaña en un Twitter Spaces, bajó del ciberespacio a la tierra, empezó a poner las botas sobre el terreno y celebró su primer encuentro con los votantes de Iowa. Y hoy los de un precinto de Clive, la localidad que acoge la iglesia, le han compensado.

38 de las 119 personas que han votado lo han hecho por él, frente a 35 que lo han hecho por Trump, 31 por Nikki Haley y los 11 y cuatro que han votado, respectivamente, por Vivek Ramaswamy Asa Hutchinson, dos candidatos que han pasado por aquí para intentar convencer en el último momento (obviamente sin mucho éxito) a los votantes.

El aborto, la fortaleza

Entre los votantes de DeSantis se ha contado gente como Zachary y Janae Kapfer, un joven matrimonio cristiano con cinco hijos. Para ellos la posición provida es el asunto fundamental de cualquier decisión política. Eso les movió en 2016 a votar por Ted Cruz en el caucus de entonces. También a apoyar a Trump en las presidenciales de 2016 y 2020. Pero su mirada al expresidente se ha agriado desde que dijo que no apoyaría un veto nacional al aborto, aunque sí tras 20 semanas de gestación.

"Si acaba siendo el nominado presidencial frente a Joe Biden volveré a votarle pero tendré que hacerlo tapándome la nariz, eligiendo el menor entre dos males", dice ella.

Al otro lado del auditorio, en la parte izquierda del patio de butacas donde se sientan 97 vecinos de West Des Moines, ha acabado ganando, como en todo el condado de Polk, Trump. Y lo ha hecho con votos de personas mayores como Mary, con su andador, o debutantes en el proceso como Gabe Ingram, que a los 18 años se estrena en los caucus.

"Se habla mucho de la apatía política de la juventud pero creo que los jóvenes empezamos a preocuparnos más", dice. "Queremos que las próximas generaciones tengan un país para crecer, para medrar, y creo que eso está en peligro ahora", asegura.

Plegaria, juramentos y votación

Unos y otros escuchan al pastor que, poco después de las siete de la tarde, y después de que se haya explicado cómo funcionará el proceso y se hayan dado los primeros pasos burocráticos, hace una plegaria pidiendo la bendición del caucus. "En este estado tenemos gran responsabilidad y un privilegio de participar en el funcionamiento del Gobierno", arranca. "La gente del mundo nos está mirando así que te pedimos, padre, que nos des capacidad de cuidar unos de los otros, no solo aquí sino en todos los precintos del estado". Pide también "un buen resultado" y da las "gracias por la oportunidad".

"Amén", responden entonces los presentes al unísono, la misma forma en que recitan el Juramento de Lealtad a EEUU y su bandera antes de poner el caucus en marcha.

Llegan luego los breves discursos con que se hace el último intento de convencer a los votantes. Aparece el gobernador Asa Hutchinson para hacer personalmente su último ruego, plegaria que luego se demostrará desatendida. A continuación habla, no sin nervios, un hombre con camisa roja para pedir el voto por Trump. Para ese momento empiezan a entrar las alertas en el teléfono. Trump ya ha sido declarado ganador.

En la Eternidad no importa. Su voto también va a contar.

Katie Hall lee entonces de su móvil un mensaje preparado por Nikki Haley. Ella es, según explicará luego en una entrevista, independiente. "El tema central para mí es dar a las mujeres opciones", dice. "Un valor central republicano es dejar a la gente gestionar sus propias vidas y es en esto donde el partido divide. No estoy segura de seguir siendo republicana".

Ángeles del Infierno

Aún quedan más discursos: el que con una camiseta naranja hace un ciudadano pidiendo el voto por DeSantis, y el que sale de la boca del propio Vivek Ramaswamy, que llega, habla y se marcha rodeado de unos guardaespaldas que parecen salidos de un club de Ángeles del Infierno.

"Puedo liderar y alcanzar a la nueva generación", dice el candidato contestando unas preguntas de EL PERIÓDICO en esa salida. Un par de horas después anunciaría que abandona la carrera y que respalda a Trump (al que, en otra respuesta a este diario, dijo que pondría "condiciones" si le pidiera que sea su vicepresidente).

Dentro ha empezado la votación. Las almas escriben el nombre de su candidato en un papel y recorren la pequeña cola hasta depositarlo en un sobre naranja. Se tarda muy poco en contar los votos, a la vista de todos. Clive anuncia sus resultados (con DeSantis ganador). West Des Moines hace lo propio con los suyos (Trump en primer lugar). Y mientras los encargados continúan con los últimos trámites, la Eternidad se va vaciando.

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