Propuesta política

El partido ultraderechista AfD desata un nuevo temporal planteando un Brexit alemán

La propuesta de expulsar a millones de ciudadanos extranjeros e incluso inmigrantes ya nacionalizados, que fue abordada en una reunión con neonazis en Potsdam (este), ha desatado estos días las hasta ahora mayores protestas vividas contra la AfD

La colíder de Alternativa para Alemania (AfD) Alice Weidel.

La colíder de Alternativa para Alemania (AfD) Alice Weidel. / EP

Gemma Casadevall

Las protestas multitudinarias contra la ultraderecha y su plan para una hipotética "expulsión étnica" siguen sacudiendo Alemania, cuando su brazo parlamentario, Alternativa para Alemania (AfD), ha provocado de nuevo estupor entre la clase política y el mundo económico. Ha sido a raíz de las declaraciones de su líder, Alice Weidel, al diario 'Financial Times' calificando de "absolutamente correcta" la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) por la vía del referéndum y apuntando a esa vía para Alemania, la primera economía del bloque. "Poder adoptar una decisión soberana como esta es un modelo para Alemania", aseguró Weidel, desde el prestigioso medio británico.

Para la líder de la socialdemocracia alemana en las elecciones europeas, Katharina Barley, la presidenta de AfD ha demostrado con esta propuesta "no haber entendido nada". Desde el bloque conservador, el eurodiputado alemán Andras Schwab ha añadido que "nada podría ser más dañino para nuestra economía que un Dexit", juego de palabras basado en el Brexit británico --'D' por Deutschland, Alemania, y 'exit', salida en inglés--.

Los planes de la AfD para Europa "amenazan" la potencia económica alemana, afirmó su parte el jefe del consejo de vigilancia de Siemens Energy y Daimler Truck, Joe Kaeser, en declaraciones a la agencia Reuters.

La propuesta de expulsar a millones de ciudadanos extranjeros e incluso inmigrantes ya nacionalizados, que fue abordada en una reunión con neonazis en Potsdam (este), ha desatado estos días las hasta ahora mayores protestas vividas contra la AfD, con centenares de miles de personas en marchas por toda Alemania. El plan se considera, además, atentatorio contra la cohesión social en un país donde la cuarta parte de la población tiene raíces no alemanas. La alusión ahora a un Dexit por la vía de un referéndum es incluso inviable. Hoy por hoy, la Constitución alemana no contempla la convocatoria de una consulta a escala nacional salvo para plantear una redistribución territorial de los 'Länder' -estados federados-.

En los medios alemanes se ha recordado las consecuencias que el Brexit ha tenido para el Reino Unido --unas pérdidas económicas de 163.000 millones de euros-- y también el desplome que supondría para Alemania, cuya fortaleza económica se ha basado durante décadas en la exportación. "Nada desean con mayor ansia que un Dexit (Vladímir) Putin, Xi (Jinping) y (Donald) Trump", plantea en su cuenta en X --antes Twitter-- la candidata socialdemócrata. Barley alude así indirectamente a los vínculos que habitualmente se atribuyen a parte de la ultraderecha europea, y también a la AfD, con estos "enemigos" de la UE, especialmente Moscú.

Colapso exportador en la potencia europea

"No solo es una fantasía económicamente desastrosa, sino que nuestro modelo exportador caería en un tiempo récord en el colapso", advierte el diario económico 'Handelsblatt'. Dicho rotativo, equivalente alemán al 'Financial Times', recomienda a Weidel leerse un estudio del Instituto Cambridge Econometrics y le recuerda algunas de las cifras sobre las consecuencias que acarreó el Brexit para los británicos: se destruyeron 1,8 millones de puestos de trabajo y su renta per capita cayó en 2023 una media de 2.330 euros, cita ese medio.

Otro diario alemán, 'Frankfurter Rundschau', considera que la propuesta de Weidel es probablemente un intento de formar una cortina de humo para desviar la atención tras las protestas desatadas por la reunión de Potsdam. Y recuerda, además, que supone otro giro en la deriva de la AfD respecto a la UE. El partido nació como formación euroescéptica en plena crisis del euro. Según sus líderes fundacionales, los rescates a los socios del sur castigaban a Alemania. Aquella idea fundacional no le dio la plataforma política deseada al nuevo partido, que en las siguientes elecciones generales de 2013 quedó por debajo del 5% mínimo para obtener escaños.

En 2015 mutó en partido xenófobo, apuntalado en el voto de protesta ante una crisis migratoria que supuso la llegada a Alemania de un millón de refugiados. A partir de entonces fue imparable. Accedió al Parlamento en las siguientes elecciones generales y empezó su radicalización. Los líderes fundacionales han ido abandonando el partido, mientras que Weidel y el resto de su cúpula actual han dado bandazos alrededor del euroescepticismo inicial, pero sin decidirse a apostar por un Dexit.

En una entrevista del pasado verano a la televisión pública Phoenix, la propia Weidel afirmó que un abandono alemán de la UE "no forma parte" de su programa. En el último congreso de la AfD, centrado en la campaña para las elecciones europeas, la formación ultraderechista sentenció que la UE "no es reformable". No prosperó, sin embargo, la propuesta a favor de una salida de Alemania ni la que propugnaba la "disolución ordenada" del bloque comunitario, como pretendía una corriente del partido.