Dos veces al año se reproduce en la Vall de Gallinera el mágico momento en que el sol se cuela por el arco de la Penya Foradada. Un espectáculo natural único al que durante mucho tiempo se le ha conferido un carácter casi milagroso. No en vano, la alineación solar de la Penya Foradada llevó en 1611 a la orden franciscana a escoger Benitaia como lugar donde levantar un convento del que hoy sólo quedan las ruinas. Y es que, con precisión cronométrica, cada día de Sant Francesc (4 de octubre) y cada 8 de marzo, se repite este fenómeno que, aunque está datado al menos desde principios del siglo XVII, había pasado prácticamente desapercibido en la era moderna.