Sus amigos y vecinos todavía no se creen que Juan Pedro Viciano Sastre, de 35 años de edad, matara en la noche del viernes a su hijo, Jean Pierre, de cuatro años, antes de quitarse él mismo la vida. "Es inexplicable. Se desvivía por el niño. Y esta misma semana habló ya con un abogado para iniciar la batalla legal para conseguir la custodia del pequeño", explicó ayer a INFORMACIÓN Agustín, un amigo íntimo de Juan Pedro.

El crimen causó ayer gran consternación en Dénia. Los padres del parricida, que tuvieron que ser ingresados en el hospital por una crisis de ansiedad, regentan un bar en el mercado municipal. De golpe han perdido a un hijo y al nieto que habían cuidado desde que era un bebé.

La convivencia entre Juan Pedro y su ex esposa, Natalia (habían firmado recientemente un primer trámite de separación), "era terrible", dijo. "La mujer, de origen ruso, había iniciado hace poco una nueva relación con un abogado barcelonés. Juan Pedro lo llevaba muy mal, pero entró en una honda depresión", según explicaron sus amigos, cuando hace tres semanas, la nueva pareja de Natalia supuestamente le llamó para decirle que se iban a llevar a su hijo a Barcelona. La mujer, al parecer, también le había manifestado que quería iniciar una nueva vida en la Ciudad Condal con el niño. Entonces fue cuando Juan Pedro se derrumbó. "Llevaba varios días que no era él. A los amigos nos llegó a confesar que quería suicidarse", indicó Toni, otro íntimo de Juan Pedro.

Frecuentes crisis

Todos sus amigos coinciden en que Juan Pedro había aguantado "lo indecible" junto a su esposa, con la que, pese a todo, quería volver. Comentaron que él la había denunciado por maltrato y acoso. "Natalia tenía problemas con el alcohol y cuando perdía los nervios destrozaba cristales y muebles de la casa", explicaron. Los vecinos de la pareja también presenciaron numerosas actuaciones extremas de la madre, quien "llegó a arrojar cuchillos o la puerta de la lavadora por la ventana en una de sus habituales crisis nerviosas, ocurridas la mayoría de las veces en presencia del menor".

Las denuncias, sin embargo, parece que no habían surtido efecto. "A Juan Pedro se le habían cerrado todas las puertas. Con nosotros, sus amigos, se confesaba. Había pedido a los vecinos que llamarán ellos a la policía cuando ocurría alguna discusión en casa. A él no le creían", insiste Toni.

Todas esas denuncias ya estaban en poder del abogado al que acudió el presunto parricida la pasada semana. Juan Pedro, según sus amigos, había puesto también la pasada semana sus cuentas bancarias a nombre de su hijo. "Por eso, no entendemos que lo matase. Él estaba al límite, pero adoraba al niño", reitera Agustín.

Juan Pedro había tenido de muy joven problemas con las drogas y contaba con antecedentes policiales, pero sus amigos aseguran que aquello era un episodio totalmente superado. Su jefe en la empresa de servicios donde trabajaba este hombre de 35 años asegura que no había provocado ni un sólo problema y que era un "empleado ejemplar".

El presunto parricida tenía permiso de armas para una escopeta de caza, deporte al que era aficionado (su otra gran pasión era la pesca). Pero para cometer el crimen y luego suicidarse utilizó una pistola para la que no tenía licencia; la policía investiga cómo pudo conseguirla. La Policía Nacional seguía ayer investigando los hechos. En la Comisaría, declararon varios amigos de Juan Pedro, que insistieron en las denuncias por maltrato que había presentado contra su ex pareja. También declaró voluntariamente el actual compañero sentimental de la madre del niño.

Los dos cadáveres están en el tanatorio de Dénia desde anoche y serán enterrados mañana, cuando ya haya llegado de Rusia la abuela materna del pequeño, que ayer tenía que participar en la función escolar de Navidad de su colegio, el Alfa y Omega.

Acostó al niño, esperó a que se durmiera y le disparó en la cabeza

La madre del pequeño Jean Pierre, Natalia, se dirigía hasta Dénia para recoger al pequeño y pasar con él estos días de Navidad. Durante el trayecto, acompañada de su actual pareja, llamó al padre del pequeño, Juan Pedro, para informarle de que apenas le quedaban unos kilómetros. La pareja inició una nueva discusión. Los vecinos escucharon ruidos, gritos y algún golpe, pero no le dieron importancia porque según reconocen, "era habitual". Sin embargo algo pareció extrañar a Natalia y alertó a la hermana de Juan Pedro, Lita, para que acudiera a la vivienda donde ambos residían. Al llegar, la hermana se encontró con una escena desoladora. En la habitación, tapado con las mantas, estaba Jean Pierre, al parecer su padre lo acostó, lo tapó, y esperó a que estuviera dormido y, a continuación, le disparó tres veces. Tras matar a su hijo, puso la pistola en su cabeza y disparó una vez. Su cuerpo yacía junto a la cama en un charco de sangre. A. P. F / M. P.