Enfermo y arruinado. Nicolás Agudo, el gerente de Excagata, se ha llevado la peor parte del presunto fraude de Aguas de Calpefraude de Aguas de Calpe. Hace diez años su empresa, que era la última de una cadena de subcontratas, realizó las obras de la red transversal de Calp. Fue la única que puso trabajadores y maquinaria. Debía cobrar 300.000 euros por los trabajos. Su gerente recuerda que, incluso, adelantó 60.000 euros del IVA. Pero, una década después, no ha visto ni un euro. Su empresa ha quebrado. «La trama de Aguas de Calpe me ha arruinado», aseguró ayer Agudo, quien, a sus 61 años, afirma que está casi ciego por una subida de azúcar provocada por el estrés.
«Ahora se comenta que los calpinos pueden estar muy contentos porque tienen agua y las obras de la red transversal están bien hechas. Pues lo que también deben saber es que Excagata hizo esos trabajos y no ha cobrado ni un euro», indicó el empresario, que lamentó la lentitud de la justicia en desenredar un caso cuya investigación judicial cobra ahora nuevos bríos.
El juez ha citado a declarar al exconcejal del PP Juan Roselló, que era edil de Aguas cuando se adjudicaron las obras por 5,2 millones, y a su cuñado, Francisco Artacho, administrador de la empresa subcontratada. Deben comparecer el 11 de junio. Antes, el 22 de mayo, el juez tomará declaración a dos testigos.
La Audiencia de Alicante revocó hace un año el sobreseimiento parcial de esta causa, en la que, además de Roselló y Artacho, están imputados el consejero de Aguas de Calpe, Francisco Zorrilla, y el gerente, Alberto Mut, y el administrador de la empresa Montuvo Obra Civil, Salvador Ibarra. La Audiencia corregía al juez de Dénia que había archivado en junio de 2011 las actuaciones. Advertía de que había «indicios de connivencia» en la sobrevaloración de unas obras en la que se perdió por el camino al menos un millón de euros.
«Llevo diez años que no duermo por las noches. Estoy desesperado. Unos corruptos y estafadores me han destrozado», denunció Agudo. Su empresa era la última en la fila de las subcontratas. De los 3,1 millones que la empresa mixta Aguas de Calpe pagó por las obras de la red, ya no le llegó ni un céntimo.
La trama es alambicada. El pleno de Calp adjudicó el 17 de marzo de 2004 (era alcalde Javier Morató, y edil de Aguas, Juan Roselló, ambos del PP) por 5,2 millones las obras a la empresa Aguas de Calpe. Esta las subcontrató a Obras Hidráulicas de Levante, cuyo administrador era Artacho. No hubo concurso por la complejidad técnica del proyecto. Sin embargo, la firma de Artacho se había dedicado hasta entonces al buzoneo. Obras Hidráulicas subcontrató a su vez a Montubo Obra Civil, que echó mano de Excagata. El pleno redujo el presupuesto, escandalosamente hinchado, a 3,7 millones, de los que el ayuntamiento pagó 3,1. Sin embargo, la Universidad Politécnica consideró que las obras estaban infladas en 1.073.316 euros. Luego, la comisión de Precios Públicos (depende de la conselleria de Comercio), al aprobar las tarifas del agua, confirmó una sobrevaloración de un millón de euros.
Ese dinero había volado. Además, la trama ni siquiera pagó las obras. De ahí que el gerente de Excagata se personara como acusación particular en el caso. «Me deben 300.000 euros más los intereses de estos diez años. Son unos sinvergüenzas», advirtió Agudo.
