Acuicultura

Granjas de algas, un novedoso sistema para luchar contra la contaminación marina

Estos organismos tienen una enorme capacidad para filtrar carbono y nitrógeno: "Son como esponjas"

Kelp de azúcar en una granja en Alaska.

Kelp de azúcar en una granja en Alaska. / Sea Grove Kelp Co.

Ramón Díaz

Ramón Díaz

"Cada vez hay más evidencia de que las algas marinas se pueden utilizar como una herramienta para neutralizar o eliminar el exceso de nutrientes y metales en el mar". Es la primera frase de un estudio científico que concluye que las granjas de algas marinas podrían ser "muy beneficiosas" para las zonas costeras, gracias a la capacidad para filtrar agua y eliminar sustancias contaminantes, en especial carbono y nitrógeno.

El estudio, publicado en ‘Aquaculture Journal’, se centró en analizar las diferencias en la eliminación de nutrientes y carbono en algas marinas salvajes y cultivadas por el ser humano. Los resultados muestran diferencias entre el contenido porcentual de nitrógeno y carbono y entre dos especies, Alaria marginata y Saccharina latissima.

La capacidad de filtrado de agua de las algas cultivadas podría ayudar a reducir la contaminación marina en las zonas costeras, según el nuevo estudio, dirigido por la Universidad de Alaska Fairbanks.

Los investigadores tomaron muestras de los niveles de carbono y nitrógeno en dos granjas de algas marinas de Alaska durante la temporada de crecimiento 2020-21. Las muestras de tejido y de agua de mar mostraron que las especies de algas marinas tienen diferentes capacidades para eliminar los nutrientes de su entorno.

"Algunas algas son literalmente como esponjas: succionan y succionan y nunca se saturan", explica Schery Umanzor, profesor en la Facultad de Pesca y Ciencias Oceánicas de la UAF y autor principal del estudio.

Tres operarios en una granja de algas marinas en Alaska.

Tres operarios en una granja de algas marinas en Alaska. / Barnaclefoods

"Aunque el carbono y el secuestro de carbono por parte de las algas marinas recibieron la mayor parte de la atención, las algas marinas son en realidad mucho mejores para mitigar cantidades excesivas de nitrógeno que de carbono", algo "que suele pasarse por alto", resalta Umanzor.

Amenazas potenciales

La contaminación por nitrógeno es causada en las zonas costeras por factores como las aguas residuales urbanas, la escorrentía de aguas domésticas o la eliminación de desechos de la pesca, ha detallado en una nota la Universidad de Alaska.

Los vertidos contaminantes pueden conducir a una variedad de amenazas potenciales en los ambientes marinos, que incluyen "la proliferación de algas tóxicas, una mayor actividad bacteriana y niveles reducidos de oxígeno".

"Aunque las algas cultivadas en aguas contaminadas no deben usarse como alimento, sí podrían ser una herramienta prometedora para limpiar esas áreas", ha señalado la entidad académica.

El cultivo de algas marinas, que aún no está muy extendido en Europa, es una industria emergente en Alaska, promocionada para mejorar la seguridad alimentaria y crear nuevas oportunidades laborales.

También se ha considerado como un método a escala global para almacenar carbono, lo que podría ser "una forma de reducir los niveles de carbono atmosférico que contribuyen al cambio climático".

El análisis de las muestras de tejido de algas determinó que las más efectivas, tanto en la absorción de carbono como de nitrógeno, son las de la especie Alaria marginata, propia de las costas del Pacífico nororiental, desde Alaska hasta California, por delante de las de Saccharina latissima, un alga parda conocida popularmente como kelp de azúcar o cinturón de mar, cuya área de distribución incluye las costas gallegas. No obstante, esa diferencia se vio compensada en parte por la mayor densidad de los bosques de algas kelp de azúcar.

Granja de algas rojas en Tanzania.

Granja de algas rojas en Tanzania. / Leyo

Actualmente se está ampliando el estudio, mediante el procesamiento de una colección más grande de muestras recolectadas de seis granjas de algas marinas de Alaska para la próxima temporada.

"Tal vez sea una función de la especie, tal vez sea el sitio, tal vez sea el tipo de carbono y nitrógeno que hay", expone Umanzor. "Hay aún mucho que saber en un estudio de seguimiento», añade.

Las algas, como los mejillones

Esta investigación llega a conclusiones parecidas a otra anterior de la Universidad de Plymouth referida a las granjas de mejillones en aguas abiertas y la capacidad de esos animales como ‘secuestradores de carbono’. 

De hecho, la Unión Europea (UE) ha hecho un llamamiento para trasladar la acuicultura a alta mar, a la vista de los problemas ambientales que están generando algunas granjas marinas de bajura.

"La acuicultura de bivalvos ‘secuestra’ de carbono, ya que estos animales utilizan el del agua para formar carbonato de calcio y, por lo tanto, eliminan el carbono del océano, lo que supone "un importante servicio ecosistémico regulador en el impulso para mitigar el cambio climático", según los investigadores británicos.

Ese estudio supuso la primera evidencia ecológica experimental a largo plazo de que el cultivo de mejillones en aguas abiertas puede tener efectos positivos y restauradores en los hábitats degradados de los fondos marinos.

De hecho, además de un mayor ‘secuestro’ de carbono, la población de numerosas especies de peces aumentó notablemente en la zona en la que se realizo el estudio desde que abrió la granja de mejillones

Estudio de referencia: https://www.mdpi.com/2673-9496/3/1/1