Estragos forestales

Gran mortandad de pinos en Cataluña por la sequía del año pasado

Una investigación desvela los efectos del calor extremo sobre pinos, robles y encinas

2022 fue el año en que más superficie se vio afectada por las altas temperaturas

La sequía está matando los pinares de Cataluña con un año de retraso

La sequía está matando los pinares de Cataluña con un año de retraso / JLF

Joan Lluís Ferrer

Joan Lluís Ferrer

La sequía ahoga desde hace más de dos años parte de Cataluña y de la Península. Se han dado pequeñas treguas, pero, por lo general, nos encontramos en una sequía persistente acompañada de olas de calor extremo. ¿Cómo responden los bosques a esa nueva situación? Un proyecto del CREAF (Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales) denominado Alerta Forestal, destinado a seguir el estado de salud de los bosques de Cataluña con la ayuda de la ciudadanía, ha comprobado que los pinos están mostrando los efectos de la sequía con un año de retraso.

Ante una fuerte sequía, las coníferas como los pinos o los abetos resisten durante un tiempo frente a condiciones adversas. Si bien esto hace que los pinos se vean verdes, o prácticamente verdes, en realidad están agonizando de forma silenciosa en un proceso que puede durar meses y que finalmente puede llevarlos a la muerte en cuestión de pocos días. Este fenómeno es el que se está observando en zonas de Cataluña como Osona o el Berguedà este verano, en el que se está viendo cómo muchas copas de pinos quedan totalmente marrones en poco tiempo y de forma repentina. 

Así afecta la sequía a los pinos

Así afecta la sequía a los pinos / CREAF

"Cuando esto sucede, los pinos están muertos: no tienen capacidad de rebrotar y no tienen ninguna hoja verde que les permita mantener las funciones vitales. Este ‘colapso’ de los pinos puede darse durante meses, o incluso años, después de haber terminado un período de sequía", comenta Mireia Banqué, coordinadora de Alerta Forestal.

Esto explica por qué, a pesar de que esta primavera ha sido más o menos lluviosa en muchas zonas, se han visto cómo aparecen pinos con las copas marrones sobre todo en zonas de Osona y el Berguedà: son pinos que están muriendo por la sequía del verano pasado. 

Muerte silenciosa

Según el informe DeBosCat 2022 (la red de seguimiento del estado de salud de los bosques de Cataluña), el pasado año fue el que registró más bosques afectados por sequía desde que hay registros.

De un total de 33.072 hectáreas de bosque con signos de sufrimiento por sequía y calor extremo, 5.993 hectáreas eran coníferas. Éste es un dato muy inferior a las hectáreas de planifolios afectados.

Superficie forestal afectada por la sequía en Cataluña

Superficie forestal afectada por la sequía en Cataluña / CREAF

Sin embargo, teniendo en cuenta que las coníferas muestran la afectación por sequía con cierto retraso, “es posible que este dato sea una subestimación de las coníferas que realmente han sido perjudicadas por esta falta de agua prolongada. Sencillamente, algunos pinos sufren la sequía de forma silenciosa y, lamentablemente, no nos permitirán saber hasta dónde llegan las consecuencias de este fenómeno hasta dentro de un tiempo”, señala un comunicado del CREAF.

Sin embargo, el proyecto AlertaForestal continuará con los ojos en el bosque para realizar un seguimiento lo más esmerado posible de los bosques afectados por sequía en Cataluña. 

La resiliencia de los robles y encinas

Los árboles planifolios como los robles, hayas, encinas o alcornoques, optan por la estrategia de "renovarse". Es decir, se desprenden de las hojas durante el estrés causado por la sequía y rebrotan sacando otras nuevas cuando vuelve la lluvia, generalmente en otoño.

Esto se debe a que, ante una fuerte sequía, los planifolios cierran los estomas, que son los poros que tienen en la superficie de las hojas y a través de los cuales la planta transpira evaporando agua y donde realiza la fotosíntesis. Por tanto, al cerrar estos poros, la planta reduce al máximo la pérdida de agua, pero al mismo tiempo también deja de hacer la fotosíntesis. Si esta sequía se alarga en el tiempo, las hojas de estos árboles se secan y caen y el árbol espera poder rebrotar cuando la situación mejore.

Los pinares catalanes, afectados por la sequía y la procesionaria

Los pinares catalanes, afectados por la sequía y la procesionaria / CREAF

“Esto es lo que hemos visto en muchas encinas después de las lluvias de esta primavera: que han empezado a rebrotar. Mientras no tienen hojas verdes, no pueden hacer la fotosíntesis, por tanto, si la situación se alargara mucho en el tiempo y no pudieran sacar nuevas, se pondría en riesgo su supervivencia por inanición”, añade el CREAF.

A diferencia de los robles y encinas, que ante la sequía optan por dejar caer las hojas y renovarlas cuando pueden, los pinos optan por una estrategia de máxima "resistencia", dejando caer sólo algunas hojas si la situación es muy severa o de larga duración para minimizar los requerimientos de agua. En este caso, priorizan la pérdida de las más viejas, las que se encuentran más adentro de las ramas, para poder mantener a las más jóvenes en las puntas de las ramas realizando la fotosíntesis y manteniendo así las funciones vitales. Esto hace que esta pérdida sea más visible en las zonas interiores y bajas del árbol, mientras que la copa se mantiene verde. 

........

Contacto de la sección de Medio Ambiente: crisisclimatica@prensaiberica.es