Furtivismo

La captura prohibida de jilgueros, todo un negocio: hasta 1.000 euros por pájaro

La Guardia Civil multiplica sus acciones contra el tráfico ilegal de estas aves en España

Grandes cantidades de ejemplares mueren durante la captura y el transporte

El negocio de la caza ilegal de jilgueros: hasta 1.000 euros por pájaro

El negocio de la caza ilegal de jilgueros: hasta 1.000 euros por pájaro / alphacoders

Ana Lucas/Roberto Bécares

Hace unos días, la Guardia Civil hacía público que estaba investigando a un sujeto, cuya identidad no fue facilitada, que fue pillado ‘in fraganti’ en una finca de Caravaca de la Cruz (Región de Murcia) mientras capturaba jilgueros. Los profesionales del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) liberaron entonces a dos ejemplares que el individuo ya tenía enjaulados. Además, el Cuerpo decomisó las ‘artes de captura’: 50 varetas de plástico untadas con una sustancia pegajosa para cazar aves, un bote de pegamento, dos jaulas y un reclamo que emite sonidos similares a los de los pájaros.

En julio de 2022, el Instituto Armado abría diligencias por delitos contra la fauna a un cazador furtivo que fue sorprendido en Lorca mientras capturaba jilgueros con una red. La Benemérita lo sorprendió en el acto porque había establecido vigilancia tras haber encontrado una red de doble manto con accionamiento a distancia para capturar aves.

El verano pasado, en el registro de un garito de drogas de Mazarrón, también en la Región de Murcia, los investigadores de la Guardia Civil se encontraron, además de con cocaína, armas artesanales, un bastón-estoque y más de 2.500 euros en efectivo, con 21 jilgueros en jaulas.

Prohibida la caza de jilgueros en toda España

En lo que va de año, el Seprona ha investigado una persona por cazar estos pájaros; en 2022, a tres más. La captura prohibida de jilgueros se ha convertido en todo un negocio, ya que hay quien llega a pagar hasta mil euros por tener en casa uno de estos pájaros. Es una práctica totalmente ilegal que se extiende por todo el país.

Agente del Seprona con un ejemplar de jilguero

Agente del Seprona con un ejemplar de jilguero / GC

Cabe recordar que el jilguero es una especie no cinegética que está prohibido cazar no sólo en la Región, sino en toda España, excepto en casos muy excepcionales, siempre que sea para fines científicos y cuente con todos los permisos de la Administración pública competente.

El silvestrismo está suspendido desde hace cuatro años (antes de que estallase la pandemia de covid) por las exigencias de la Unión Europea a través de la directiva AVES (normativa para la conservación a largo plazo de todas las especies de aves silvestres de la UE).

Hasta entonces, algunas comunidades sí permitían la caza de estos ejemplares, pero en situaciones muy concretas: a personas que pertenecían a asociaciones de jilgueros de canto o eran criadores en cautividad que operaban de forma lícita. Lo que pasó es que algunos aprovecharon este resquicio para hacer negocio: vendían las preciadas aves en la Red de Redes. Quienes preferían no dejar huella digital (o tampoco eran demasiado duchos con Internet), lo hacían, en zonas rurales, usando el boca a boca de toda la vida.

Hasta 1.000 euros por ejemplar

«En algunos casos se venden por 10 o 20 euros, pero se ha llegado a pagar 500 o mil euros por un ejemplar», hacen hincapié fuentes del Seprona.

Pese a que el artículo 24 de la recién aprobada Ley de bienestar animal prohíbe también «la tenencia, cría y comercio de aves fringílidas capturadas del medio natural» referidas a jilgueros, verdecillos y verderones, el negocio de su captura y posterior venta, sin embargo, sigue realizándose. Es un ejemplar muy preciado, ya que se considera que el canto del jilguero europeo (Carduelis carduelis) es uno de los más bonitos del mundo de las aves. Todos los años en España se organizan concurso de cantos de jilgueros.

Jaulas para jilgueros capturados ilegalmente en la Región de Murcia

Jaulas para jilgueros capturados ilegalmente en la Región de Murcia / GC

La labor de los agentes especializados de la Guardia Civil está estrechando mucho el cerco a los furtivos y cada vez se encuentran menos ofertas de jilgueros en venta en la Red. «Cada vez es más difícil registrarles y ya no se pueden ofertar en ningún sitio o si lo hacen es con muchas precauciones o en foros de internet donde tienen que usar claves», aprecian.

En portales de anuncios en internet sí se pueden ver en venta por entre 250 y mil euros «jilgueros mayores», de mayor tamaño. Su venta está permitida por ahora porque no es una especie autóctona de España, sino una subespecie procedente del norte de Europa. «Al no estar contemplados aquí dentro del convenio Citex es difícil sancionarlos».

Si llevan en la pata un anillo numerado es que su procedencia es lícita; a priori claro, porque en muchos casos se han introducido en nuestro país «en maleteros de coches sin declararlos». «Los criadores en estos casos están mil pasos por delante», advierten desde la Guardia Civil.

Un jilguero llega vivo por cada 15 o 20 que mueren

Según explican desde la Guardia Civil, para conseguir sacar adelante un ejemplar válido para la cría en cautividad (con canario normalmente), «había mucha mortandad», ya que muchos no se adaptaban bien a la alimentación (el alpiste con mixtura no ofrecía el alimento tan variado que tenían en la naturaleza) o por el simple hecho de estar enjaulados. Para conseguir un jilguero sano en cautividad podían morir entre 15 o 20 por el camino.

Jaulas intervenidas, en una imagen de archivo

Jaulas intervenidas, en una imagen de archivo / GC

En el caso de la captura permitida con fines científicos (donde el ave se anida y se suelta posteriormente para estudiar su hábito o sus recorridos) la caza es mucho menos lesiva, ya que se usan redes, que se colocan en árboles rodeados de reclamos, como animales vivos de la misma especie o un poco de comida.

Por el contrario, los furtivos siguen usando los métodos invasivos del silvestrismo, como el pegamento (que se puede comprar en cualquier ferretería) en ramitas, principalmente de esparto. O el enganche de polluelos que se han capturado antes y que dejan fijos dentro de una jaula.

«Hay gente, los palilleros que se les llama, que los capturan con una edad mínima, y los alimentan ellos, con una papilla que les van dando con un palillo, de ahí su nombre. Es una práctica muy complicada», aseguran expertos del Seprona, que añaden que en este caso la mortalidad «sigue siendo muy alta».

Según un reciente informe de SEO Birdlife, el jilguero es el pájaro que más ha ingresado en los Centros de Recuperación de Fauna (CRF) de España en las últimas dos décadas debido, precisamente, al silvestrismo. 

Una pareja de jacintos azules por 35.000 euros

Sobre el silvestrismo, el vigente Código Penal, en su artículo sobre delito relativo a la protección de la flora y la fauna, establece penas de prisión de 6 meses a 2 años o multa de 8 a 24 meses y, en todo caso, la de inhabilitación para el ejercicio del derecho a cazar o pescar por tiempo de uno a tres años.

No obstante, el de los jilgueros no es el negocio más lucrativo relacionado con las aves: el más jugoso sigue siendo el de los loros. Esto no es nuevo. El tráfico de aves exóticas es, desde hace unos años, el tercer negocio más lucrativo del mundo, y los guacamayos son el más codiciado objeto de deseo: de ahí que, desde hace un tiempo, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado hayan detectado que estas mascotas se roban, para colocarlas en el mercado negro. 

Tal y como contaron desde el Seprona, «una pareja de jacintos azules cuesta cerca de 35.000 euros», por lo que esta especie es «la joya de la corona» en este ámbito.

Ejemplares de jacinto azul

Ejemplares de jacinto azul / Agencias

Ese dineral no es el precio medio de un loro, que oscila entre «los 500 y los mil euros».

El tráfico ilegal de animales (y plantas) mueve hasta 23.000 millones de dólares al año a nivel global, una cifra que sitúa esta lacra a una magnitud económica similar a la del tráfico de drogas, armas o personas, según sentenciaron expertos participantes en el Congreso Mundial de la Naturaleza celebrado hace unos años.

Y, como ocurre con los traficantes de estupefacientes o de armas, quienes se dedican a comerciar con animales exóticos están, muchas veces, perfectamente organizados, tanto para robar los ejemplares como para darles salida en el mercado ilícito. 

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