Medio ambiente y salud

Descubren una relación entre la polución por tráfico y la enfermedad de Alzhéimer

Un estudio realizado en EEUU comprueba que quienes viven en ciudades contaminadas tienen más posibilidades de desarrollar la enfermedad

Descubren la relación entre Alzhéimer y polución por el tráfico

Descubren la relación entre Alzhéimer y polución por el tráfico / Agencias

Joan Lluís Ferrer

Joan Lluís Ferrer

Las personas con mayor exposición a la contaminación del aire generada por el tráfico tienen más probabilidades de tener altas cantidades de placas amiloides en el cerebro, un hecho que está relacionado con la enfermedad de Alzheimer, según un estudio publicado en Neurology, la revista médica Revista de la Academia Estadounidense de Neurología.

Para realizar su estudio, los investigadores analizaron las partículas finas, PM2,5, emitidas por el tráfico rodado y que consisten en partículas contaminantes de menos de 2,5 micras de diámetro suspendidas en el aire.

El estudio, destacan los autores, no prueba categóricamente que la contaminación del aire provoque más placas amiloides en el cerebro, pero sí evidencia una clara relación entre ambos factores.

Las partículas PM2,5 son emitidas por el tubo de escape de los coches

Las partículas PM2,5 son emitidas por el tubo de escape de los coches / Agencias

"Estos resultados se suman a otras evidencias anteriores de que las partículas finas provenientes de la contaminación del aire por el tráfico afectan la cantidad de placa amiloide en el cerebro", señaló la autora del estudio Anke Huels, de la Universidad Emory en Atlanta (EEUU).

Estudio en 224 personas

Para realizar su estudio, los investigadores examinaron el tejido cerebral de 224 personas que aceptaron donar su cerebro al morir para avanzar en la investigación sobre la demencia. Estas personas habían muerto a una edad promedio de 76 años.

Los investigadores analizaron la exposición a la contaminación del aire relacionada con el tráfico según la ubicación de la vivienda de las personas participantes en el estudio, en el momento de su muerte.

Las concentraciones de PM2,5 relacionadas con el tráfico son una fuente importante de contaminación ambiental en áreas urbanas como el área metropolitana de Atlanta, donde vivían la mayoría de los donantes.

La polución del tráfico influye en la aparición del Alzhéimer

La polución del tráfico influye en la aparición del Alzhéimer / Agencias

El nivel medio de exposición en el año anterior a la muerte fue de 1,32 microgramos por metro cúbico (μg/m3) y de 1,35 μg/m3 en los tres años anteriores a la muerte, según las mediciones efectuadas.

Luego, los investigadores compararon la exposición a la contaminación con mediciones relativas a los signos de la enfermedad de Alzheimer en el cerebro: placas amiloides y ovillos de tau.

Una clara correlación

Descubrieron que las personas con mayor exposición a la contaminación del aire tenían más probabilidades de tener niveles más altos de placas amiloides en el cerebro.

Las personas con una exposición superior a PM2,5 de 1 µg/m3 en el año anterior a la muerte tenían casi el doble de probabilidades de tener niveles más altos de placas, mientras que aquellas con una exposición más alta en los tres años anteriores a la muerte tenían un 87% más de probabilidades de tener niveles más altos de estas placas.

Los investigadores también analizaron si tener la principal variante genética asociada con la enfermedad de Alzheimer, APOE e4, tenía algún efecto sobre la relación entre la contaminación del aire y los signos de la enfermedad de Alzheimer en el cerebro.

Barcelona, en un episodio de contaminación atmosférica

Barcelona, en un episodio de contaminación atmosférica / Agencias

Descubrieron que la relación más fuerte entre la contaminación del aire y los signos de Alzheimer se daba entre aquellos que no tenían dicha variante genética.

"Esto sugiere que factores ambientales como la contaminación del aire podrían ser un factor que contribuye al Alzheimer en pacientes en los que la enfermedad no puede explicarse por la genética", afirmó Huels.

Una limitación del estudio es que los investigadores, para medir la contaminación del aire, solo conocían la ubicación del domicilio de las personas donantes cuando éstas murieron, por lo que es posible que algunas de ellas hubieran vivido en otros emplazamientos justo antes de fallecer.

Además, en el estudio participaron principalmente personas blancas con un alto nivel educativo, por lo que los resultados pueden no ser representativos de otras poblaciones, advierten los autores.

Estudio de referencia: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/38382009/

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