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DERECHO ANIMAL

Todos somos animales

Entra en vigor la Ley de Protección Animal. Marcel Guinot

Quizás muchos lo recuerden. Fue hace cinco años. Por aquel entonces, una chimpancé que vivía en un zoológico de Argentina fue declarada por un juzgado “sujeto de derecho”, reconociéndosele el derecho a vivir en libertad según su etología y fisiología.

La sentencia ponía de manifiesto la importancia que debe tener la protección de los animales como una cuestión de interés público que dignifica al ser humano y redunda en su propio bienestar psicológico.

Aquella declaración intentó proteger a Cecilia, la chimpancé en cuestión, que, gracias a la misma, pudo ser trasladada a un santuario. Sin embargo, digo que intentó y no que consiguió, porque es difícil llegar a saber si un animal ya anciano que ha vivido los últimos 30 años en un recinto, es capaz de adaptarse ya a otro espacio, aunque el mismo sea mucho mejor y más amplio.

Con los animales pasa como con las personas. Por muy grande que sea una mansión, a menudo, nuestros mayores prefieren vivir el resto de sus vidas en el mismo piso en el que siempre lo hicieron. Es una pena, quizás, pero es la realidad. La costumbre nos pesa a todos.

El caso es que, traigo hoy a mi recuerdo aquella sentencia, porque cuando fue dada a conocer, muchos pensaron que, en Argentina, significaría el final de la vida en cautividad de muchos animales. Era lógico pensarlo. Sin embargo, no fue así y, ahora que el tiempo ha pasado y nada ha cambiado, me doy cuenta que el final de esa vida en cautividad sólo se producirá cuando deje de existir interés por parte del ser humano en verlos vivir así. Supongo que, al fin y al cabo, los humanos somos también animales con nuestras propias contradicciones.

Sin duda, una de ellas es que amamos la libertad y valoramos nuestro bienestar, incluso, empatizamos con otros humanos y nos duele verlos pasarlo mal. Sin embargo, con los animales no siempre conseguimos hacerlo. Seguramente, porque, en el fondo, se nos olvida que nosotros también somos animales.

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