Elecciones 23J

Pugnas internas en la derecha agitan al CNI

Un sector conservador promueve llevar el servicio de inteligencia de Defensa a Presidencia y relevar a su directora si cambia el Gobierno

Esperanza Casteleiro, de frente, con Paz Esteban en la toma de posesión de la primera tras el cese de la segunda al frente del CNI el 12 de mayo de 2022.

Esperanza Casteleiro, de frente, con Paz Esteban en la toma de posesión de la primera tras el cese de la segunda al frente del CNI el 12 de mayo de 2022. / JOSÉ LUIS ROCA

Juan José Fernández

De nuevo el CNI en medio de las peleas políticas. Durante la campaña electoral, un sector de la derecha ha estado difundiendo en terminales mediáticas que le son próximas su intención de que, tras una eventual victoria conservadora en las elecciones generales, un nuevo gobierno cambie el modelo de los servicios de inteligencia en España, los extraiga del área de Defensa para hacerlos depender de Presidencia y destituya ipso facto a su actual directora, Esperanza Casteleiro.

La filtración de planes y reparto de cartos en torno al CNI contrasta con el silencio sobre todo lo demás. En esta campaña electoral, ni Vox ni el PP han relatado planes concretos para organismos de Defensa e Interior, ni dejan entrever candidatos firmes para esas carteras, ni han hecho en mítines o televisiones más menciones a asuntos de seguridad que sus repetidas alusiones a la ocupación de viviendas, la inmigración ilegal o violadores puestos en libertad.

Fuentes de la Seguridad del Estado admiten que estas conjeturas sobre el CNI, cuyo origen atribuyen a exministros del gobierno Rajoy, introducen “tensión innecesaria” en el servicio. Se refieren sobre todo a una concepción peyorativa del Centro como un organismo politizado.

A Moncloa

No se ve en esta campaña un sentido de Estado que preserve al CNI de las pugnas políticas. La facción del PP que difunde conjeturas en torno al Centro Nacional de Inteligencia parte de un argumentario que equipara en politización esta entidad con organismos como el CIS, RTVE o CorreosNo obstante, la propuesta de estos críticos es a su vez muy politizadora: meter al centro bajo Presidencia, acabando con su actual dependencia de Defensa.

Las fuentes consultadas ven “mucho más neutral” una dependencia de los servicios de inteligencia de Defensa, como se mantuvieron desde la fundación del CESID, en julio de 1977, salvo las excepciones que se dieron en la etapa Rajoy.

Un decreto de reorganización ministerial colocó en diciembre de 2011 al CNI bajo mando de la entonces vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. El enconado pulso que mantuvo la número dos del gabinete Rajoy con la secretaria general del PP y ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, estuvo a punto de resolverse en favor de esta en 2016 encuanto al CNI se refiere. Incluso se redactó un proyecto de retorno del Centro a Defensa, pero se descartó in extremis y siguió adscrito a Moncloa hasta la moción de censura.

Loas referencias a la adscripción, dependencia o relación con Defensa de los funcionarios del CNI son numerosas en el Real Decreto del Estatuto del Personal del Centro Nacional de Inteligencia, que regula las condiciones de trabajo de aproximadamente 3.000 agentes, un 75% de ellos civiles, con un 34,5% de mujeres en la plantilla y un presupuesto, 337,05 millones de euros en 2023, que ha crecido pero que sigue siendo diez veces menor que el del MI6 británico.

Sus trabajadores cuentan con la opción del servicio sanitario del ISFAS, perciben sus nóminas administradas por Defensa y el personal que es militar de carrera asciende y se retira según criterios de Defensa.

A por Casteleiro

“La gente se cansa con estos intentos de manipulación política -describe un ejecutivo del CNI-. Si algo molesta en esta casa es que digan que está politizada. Aquí no hay corrientes, ni sectores: se trabaja como siempre”.

En plenas revelaciones sobre el espionaje con Pegasus a miembros del Gobierno, Santiago Abascal y otros dirigentes de Vox ya atribuyeron en su día el cese de la anterior directora general, Paz Esteban, a una maniobra del “sanchismo”. El mismo sector del PP que difunde ahora esos planes de cambio sin refrendo oficial coincide con esa percepción de Abascal. Incluso el líder popular, Alberto Núñez Feijóo, presentó el cese en su día como “una afrenta a nuestro país” y un “esperpento” de Pedro Sánchez para “buscar su supervivencia”.

Pero el nombramiento de Esperanza Casteleiro, una funcionaria de toda la vida del Centro sin perfil político, dejó sin refrendo aquellas pretensiones. A pesar de ello, la agitación en torno al CNI promueve a quien quiera escucharla una destitución de Casteleiro. Entre los nombres que se dejan caer para sustituirla está el de quien ha dirigido la antena del CNI en Pekín y fue secretaria general del servicio en tiempos de Rajoy, Beatriz Méndez de Vigo, hermana de Íñigo, exministro portavoz.

No parece que el plan para una eventual despolitización del CNI sea compartido por todo el PP. La actuación de las fuerzas de seguridad en el caso del tráfico de votos en Melilla ha atraído los elogios de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, entrevistada esta semana en la COPE. Para Ayuso, “el CNI, la Policía y muchos jueces” son “de las pocas” instituciones “que quedan por no estar al servicio de la Moncloa y de Pedro Sánchez”.

Esperanza Casteleiro lleva un año y dos meses al frente del Centro. Cuando Ley del CNI de 2002 fijió en cinco años el periodo de mando de los directores el legislador pretendía que, como en otros organismos de alta sensibilidad en la estructura del Estado, los mandatos se solaparan con las legislaturas y, así, un cambio de gobierno no llevara aparejado necesariamente un cambio de director o directora del servicio de inteligencia. “El relevo debe producirse por extinción del mandato o por incidentes que aconsejen la destitución, pero no por un cambio político”, prefiere una de las fuentes consultadas en la Seguridad del Estado.

Es “una medida saludable y recomendable”, explica un general del Ejército, que busca apartar del vaivén político a entes clave de la Defensa. El ministro socialista José Bono la rompió en 2004, sustituyendo a Jorge Dezcallar antes de tiempo con el exconsejero castellano-manchego Alberto Sáiz. Se ha intentado, “tantas veces sin éxito”, lamenta el militar, también con los jefes de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas o el propio Jefe de Estado Mayor de la Defensa.

Cataluña y Euskadi

Una parte del argumentario sobre una contaminación sanchista del CNI que se ha dejado caer en esta campaña se basa en un bulo que cobró fuerza al inicio de la actual legislatura, tras brotar en medios de extrema derecha: que el gobierno de coalición ha retirado al CNI de Cataluña y Euskadi para contentar a sus aliados independentistas catalanes y vascos.

Esta afirmación no se ha contestado públicamente desde el organismo, pues por ley no pueden difundir los agentes del CNI el número total de fuerzas ni su destino concreto, pero sí se ha desmentido en reuniones de la Comisión de Fondos Reservados del Congreso.

De la Directiva de Inteligencia, documento secreto que atribuye objetivos y misiones al CNI, manan encargos de prevención del terrorismo y ataques extremistas “en todo el territorio de España, también en Catalunya y País Vasco”, refiere una de las fuentes consultadas.

En Euskadi ya no es tal la fuerte presencia de agentes del CNI que actuaban cuando ETA era una amenaza activa. La plantilla se redimensionó “por razones obvias”, indica esa fuente.

En el caso de Catalunya, esta y otra fuente consultadas aseguran que la plantilla se mantiene “igual” o “estable”, con algunos periodos en los que ha aumentado ocasionalmente después de 2017.

El CNI sigue activo en Barcelona. Recientes operaciones policiales han contado con sus agentes, “y con muy buena colaboración con los Mossos”, refiere uno de los interlocutores de EL PERIÓDICO, del grupo Prensa Ibérica. En el caso del ciberataque al Hospiltal Clínic, en marzo pasado, se implicaron expertos del Centro Criptológico Nacional.

La atención principal se dirige, no obstante al riesgo terrorista. La colaboración del CNI fue fundamental para la detención en Mataró, en agosto de 2022 y por agentes de Información de la Policía, de un yihadista de origen marroquí retornado de Siria con formación militar, y la localización en Austria del fanático con el que formaba tándem.

Más recientemente, confirman las referidas fuentes de la Seguridad del Estado, ha habido también colaboración del CNI en la detención de un reclutador del ISIS de origen tayiko sobre el que pesaba una orden internacional de búsqueda por su militancia en el Estado Islámico. El yihadista fue atrapado en el aeropuerto de El Prat el pasado 30 de junio. Estaba especializado en atraer a la organización terrorista a musulmanes de diversas repúblicas exsoviéticas.

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