En clave madrileña

“Nervios” en el PSOE de Madrid por la amnistía: “Hacemos equilibrismo, pero no estamos cómodos”

El secretario general del PSOE en Madrid, Juan Lobato, se ha mostrado siempre muy cauto en sus declaraciones públicas sobre una eventual amnistía

Juan Lobato durante su intervención en la Asamblea de Madrid.

Juan Lobato durante su intervención en la Asamblea de Madrid. / EFE

Elena Marín

Según se va cerrando el círculo en torno a la amnistía y el acuerdo con los independentistas catalanes para que Pedro Sánchez pueda conformar su próximo gobierno, mayor es el nerviosismo en el PSOE de Madrid. Las bases están con el presidente, aceptan fuentes del partido, pero solo con ellos en Madrid es imposible que su formación avance y aspire a recuperar los votos que se han ido dejando por el camino en los últimos años. Los "nervios existen porque va a ser muy difícil de explicar" y porque "todavía no se conoce una cesión" por parte de los independentistas a la que los socialistas madrileños puedan agarrarse para completar su "relato": "Las consecuencias para el proyecto en Madrid pueden ser muy malas".

"Estamos haciendo un ejercicio de equilibrismo. Juan (Lobato) es y va a ser estos días un perfecto equilibrista", apunta una fuente cercana al secretario general de los socialsitas madrileños, que reconoce que en la dirección del partido regional se vive con inquietud desde que Sánchez anunció en el comité ejecutivo federal que había que apostar por la amnistía a pesar de no llevarlo en el programa. "Claro que está incómodo, muy incómodo, y no puede no estarlo", señala otro diputado socialista.

"Centralismo" de Madrid

Mientras en Más Madrid esta cuestión no genera debate interno y están todos a una con la conformación de un gobierno de coalición porque así lo quiere su electorado, esta es otra cuestión que vuelve a distanciar a las dos izquierdas en Madrid porque en el PSOE madrileño sí tienen más dudas. "El giro en la argumentación es copernicano para todo el partido, pero pesa especialmente en Madrid", razona una tercera fuente del partido que lidera Lobato, que recuerda que el líder socialista madrileño ha reiterado en varias ocasiones dónde deberían estar los límites. La capital, la región, no es como el resto de España por mucho que Ayuso insista en que "Madrid es España", explican estas fuentes socialistas de la Asamblea de Madrid. El "centralismo" con el que vive la política esta región, recalcan, no es tan intenso en otras: "Ese es el problema, el centralismo de Madrid y cierto anticatalanismo que se percibe en parte de la sociedad madrileña, no tanto que el PP haga lo posible por que este asunto no se olvide".

La esperanza de los socialistas madrileños es que el "desgaste" que dan por hecho por la amnistía se olvide con el paso de los meses. A eso se suma ahora la condonación de parte de la deuda de Cataluña con el Estado (el 20% aproximadamente de los 86.800 millones de euros que debe por haberse acogido en el pasado al Fondo de Liquidez Autonómica -FLA-). El PSOE la ha hecho extensible a otras comunidades autónomas y la medida beneficiará también de alguna manera Madrid aun sin tener ninguna deuda con el Estado, pero a pesar de esta "compensación", la respuesta de Ayuso, que ha sido quien ha encabezado estos meses el rechazo a la quita, ha sido que "la democracia hoy se vende" con este acuerdo.

El PP, a por el PSOE en Madrid

Que el PP no va a cejar en recordar los pactos de Sánchez con los independentistas ha quedado claro en la sesión de control de este jueves. La propia presidenta del PP de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha recordado a Lobato que es él quien en declaraciones a la prensa ha dicho en estos últimos meses que "los partidos independentistas son insaciables y pedirán eso y más", en relación a la amnistía. Unos minutos después, el portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, Carlos Díaz-Pache, quiso poner en evidencia a Lobato por salir a “aplaudir la amnistía como un adolescente en un concierto de Aitana” en el comité federal del pasado fin de semana.

Y esto sí que es meter el dedo en la llaga para el dirigente socialista porque en su entorno aseguran que no se sintió cómodo con ese aplauso. Pero él no gobierna como lo hace Emiliano García Page en Castilla-La Mancha o en su momento Javier Lambán en Aragón, y aún no tiene fuerza suficiente dentro del partido para plantarse, señalan las mismas fuentes, que explican que saben que si se sale demasiado de las líneas oficiales hay "compañeros del partido" que trabajarán para que Ferraz le muestre la "salida".

La tensión con la que vive la dirección del PSOE madrileño este asunto ha quedado en evidencia en la intervención del propio Lobato en la Asamblea. Por primera vez en sus casi dos años al frente del partido este jueves ha sido él quien ha sacado a relucir el nombre de Puigdemont antes que la propia Ayuso en un intento de anticiparse a las posibles críticas, que eran esperables por parte de la presidenta pero sorprendentemente apenas ha esbozado este jueves. "Yo sé que a usted hoy le preocupa mucho si yo estoy cómodo con Puigdemont, como con Cuba, con Venezuela o con ETA, pero lo que me preocupa a mí hoy aquí en la Asamblea de Madrid es verla precisamente a usted tan cómoda sin hacer nada con un 30% de desempleo juvenil", ha empezado Lobato.

"En Madrid cala el discurso del PP de que todo se le da a Cataluña", explica un diputado socialista que ve con preocupación cómo remontar el discurso, aunque en la extensión de la condonación de la deuda a todas las comunidades autónomas pueden encontrar una coartada. A pesar de todas las dudas y las dificultades, en cualquier caso, el argumento público que se lanza desde la dirección del partido es que "la unilateralidad" que defendían los independentistas ha quedado ya superada. "Son necesarios gestos en la dialéctica de otros partidos", apuntaba Lobato a media mañana, antes de conocer los acuerdos alcanzados entre el PSOE y ERC, pero señalaba ante los micros que "un acuerdo de investidura tan complejo, valiente y arriesgado incluye cristalinamente la renuncia a la unilateralidad, es un acuerdo que en sí mismo ya es una renuncia porque entra en un marco de diálogo". "Hay que decirlo, explicar esto", instían después fuentes del partido que intentan hacer un ejercicio de pedagogía, argumentando que esa es parte de la cesión de los independentistas, avenirse a ir paso a paso y no imponer sus exigencias por su cuenta.

La incomodidad de la dirección del partido en Madrid y las dudas acerca de cómo se ha planteado todo el proceso no impide que haya un cierre de filas en público. Desde la dirección se está animando a las bases para que todo el mundo vote en la consulta que ha lanzado Ferraz de forma presencial, de manera que "se eviten las especulaciones" sobre el resultado, y nadie duda internamente del apoyo que recibirá Sánchez. "Aquí pesa más la alternativa, una repetición electoral o un posible gobierno del PP con Vox, que lo que ocurra con la amnistía", pero insisten en que esto es en referencia al partido, no a la sociedad madrileña.

"Esto solo se contrarresta con una agenda social muy potente que haga ver a los ciudadanos, también a los madrileños, que merece la pena tener un gobierno progresista", confiesa un miembro del partido que aun siendo partidario de un acuerdo con los independentistas tiene sus reservas sobre cómo puede afectar al futuro de la formación. Y añade que cree que "el ciclo se cerrará" si en las próximas elecciones catalanas en 2024 el PSC consigue recuperar el mando de la Generalitat, aunque sea con un gobierno tripartito. El resultado de esas elecciones, apunta, puede ser clave para la deriva del PSOE a nivel nacional y por supuesto en Madrid.