En Bruselas

PSOE y Junts intensifican la negociación para cerrar el pacto de investidura

La dirección posconvergente está en Bruselas para analizar el estado de las conversaciones con los socialistas

Carles Puigdemont.

Carles Puigdemont. / EFE

Fidel Masreal / Juan Ruiz Sierra / Silvia Martinez

El PSOE y Junts encaran la recta final de la negociación en Bruselas. La investidura del candidato socialista Pedro Sánchez depende de cómo se cierren los últimos detalles para la ley de amnistía y, según fuentes negociadoras, podría anunciarse en las próximas horas o mañana martes, a falta de resolver cuestiones "técnicas" de la norma. Los contactos se han multiplicado durante este fin de semana, después de que el expresidente Carles Puigdemont frenara el jueves un acuerdo que estaba prácticamente sancionado debido a las dudas sobre la inclusión de casos de 'lawfare' en la ley que exonerará las causas del 'procés'. La clave, según fuentes negociadoras, está en combinar, por un lado, la ambición política de Junts para ampliar el perímetro de la amnistía, y por otro la seguridad jurídica que reclama el PSOE para que el texto legal pase el filtro del Constitucional.

La cúpula de JxCat ha viajado de nuevo este lunes a la capital belga para estudiar el estado de las negociaciones y si ya se puede dar por atado el pacto, a falta de la votación de la militancia que deberá ratificarlo. Pero, como sucedió el pasado viernes, ha regresado a Barcelona sin el pacto bajo el brazo. El domingo ya viajaron a Bruselas Jordi Turull y Albert Batet, y también el negociador del PSOE, Santos Cerdán, y este lunes lo han hecho el resto de miembros, entre ellos la presidenta de JxCat, Laura Borràs. Borràs, por cierto, se ha quedado esta vez en la capital comunitaria, lo cual puede indicar la inminencia del acuerdo.

Cuestión de horas

El PSOE continúa alentando la idea de que el pacto con Carles Puigdemont para que apoye la investidura de Pedro Sánchez es inminente, pero pasan los días y el acuerdo no cristaliza. Desde el pasado jueves, cuando los socialistas confiaban en cerrar el entendimiento con Junts al mismo tiempo que lo hacían con ERC, la negociación está, en el fondo, estancada. Los colaboradores del presidente en funciones hablan de “avances”, de que nada se ha “roto” ni mucho menos, de que continúa el intercambio de papeles, un mantra que volvieron a repetir este lunes desde Bruselas. 

Mientras Junts celebraba la reunión de su permanente en el Press Club de la capital belga, Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE, se encontraba a 350 metros de allí, en el Hotel Sofitel. Todo está preparado para que el número tres de los socialistas firme el acuerdo en Bruselas con Jordi Turull, secretario general de los posconvergentes. Solo falta sellarlo. El intercambio de papeles continuó durante la jornada, igual que en las anteriores, pero el proceso, explican los colaboradores de Sánchez, es “muy lento”, porque tiene que ser analizado por los equipos jurídicos de ambas partes. 

Los socialistas insisten en que el pacto es inminente y podría firmarse este martes. De ser así, aún daría tiempo a celebrar el debate de investidura esta semana, con el registro de la ley de amnistía en el Congreso como paso previo. "El acuerdo político está cerrado desde hace muchos días, pero seguimos atascados en un tema muy técnico. Queremos una ley lo más afinada posible. Hasta que los juristas no vean que está atada, no podemos firmar", señalaron fuentes de la dirección del PSOE. 

La extensión de la amnistía

El problema, por tanto, continúa estando en la extensión del carpetazo judicial, que Junts quiere que se aplique también a quienes considera víctimas del llamado ‘lawfare’ (el uso torticero de las leyes para perjudicar a rivales políticos) aunque sus causas no estén directamente relacionados con el proceso independentista. En esta situación, según distintas informaciones, estarían la mano derecha de Puigdemont, Josep Lluís Alay, y su abogado, Gonzalo Boye. En cualquier caso, los socialistas confían en que la inesperada maniobra judicial de este lunes, cuando la Audiencia Nacional implicó al expresident en el Tsunami Democràtic, no entorpezca la negociación. Puigdemont salió en tromba contra la "dictadura permanente" del poder judicial pero Junts no ha abandonado la negociación por ello.

Los socialistas ven posible firmar el pacto en las próximas horas o el martes, señalan. "El acuerdo político está cerrado desde hace muchos días, pero seguimos atascados en un tema muy técnico. Estamos intercambiando papeles. Queremos una ley lo más afinada posible. Hasta que los juristas no vean que está atada, no podemos firmar", explican en la dirección del PSOE.

El pasado fin de semana sirvió para que los dos partidos recondujeran el "desencuentro" que se produjo el viernes entre ambas formaciones, acercándose a un acuerdo. Las negociaciones se enfriaron porque ambas formaciones mantenían discrepancias sobre el alcance de la amnistía y su redactado, empezando por la exposición de motivos, después de que el PSOE pactara el redactado con ERC.

Una de las diferencias era que Junts pedía que la amnistía incluyera a los afectados por el caso 'Volhov' (presunto desvío de fondos públicos para actividades vinculadas al proceso independentista) y casos enmarcados en 'lawfare'. Uno de los afectados por 'Volhov' es el jefe de la oficina del expresidente Carles Puigdemont y su mano derecha, Josep Lluís Alay, y Junts también quiere que la amnistía incluya otros nombres, como el de su abogado, Gonzalo Boye; el 'exconseller' de la Generalitat Miquel Buch y la propia Borràs.

Nervios internos en Junts

La situación interna en Junts es de calma tensa a la espera del desenlace de las negociaciones. Algunos dirigentes recelan del acuerdo y de su alcance "histórico", como reclamó Puigdemont en su conferencia en Bruselas el 5 de septiembre. Otros creen que la dificultad de las negociaciones reside no tanto en la ley de amnistía sino en lo mal que recibió Puigdemont el pacto del PSOE con ERC, que incorpora no sólo la amnistía sino la figura del mediador, el traspaso de Rodalies y la quita de parte de la deuda de la Generalitat. Todos guardan silencio porque la información escasea incluso entre los dirigentes y los detalles son solo conocidos por un pequeño núcleo capitaneado por Puigdemont y el secretario general, Jordi Turull.

Si se rubrica el acuerdo, se registrará la ley de amnistía en el Congreso y la presidenta de la Cámara, Francina Armengol, convocará el pleno para la investidura de Sánchez, para que el presidente del Gobierno sea reelegido esta misma semana. Pero las posibilidades de un debate en los próximos días dependen en gran parte de que el pacto sobre la amnistía se cierre este lunes. El PSOE, en cualquier caso, quiere que el documento vaya firmado por todas las formaciones que respaldarán a Sánchez: Sumar, Junts, ERC, PNV, Bildu y BNG.