Debate en el Congreso

Sánchez quiere centrar el debate de investidura en los avances sociales y no en la amnistía

Si nada se tuerce, logrará su reelección en primera ronda: 179 escaños, tres por encima de la mayoría absoluta

Pedro Sánchez, el pasado 4 de octubre en el Congreso de los Diputados.

Pedro Sánchez, el pasado 4 de octubre en el Congreso de los Diputados. / JOSÉ LUIS ROCA

Juan Ruiz Sierra

Pedro Sánchez se convertirá este jueves en el primer candidato que logra ser investido presidente del Gobierno tras quedar segundo en unas elecciones generales. Esa desventaja de partida no implica que la votación vaya a ser por la mínima. Al contrario. Obtendrá un respaldo mayor que hace casi cuatro años, cuando ganó los comicios. Si nada se tuerce, logrará su reelección en primera ronda: 179 escaños, tres por encima de la mayoría absoluta, gracias al apoyo del PSOE, Sumar, ERC, Junts, EH Bildu, el PNV, el BNG y Coalición Canaria, después de una opaca negociación con los independentistas catalanes que durante estos meses ha girado en torno a prácticamente una sola cosa: la amnistía

Pero el líder socialista no quiere centrar su discurso de investidura, que comenzará este miércoles al mediodía en el Congreso de los Diputados y durará cerca de una hora y media, en la medida de gracia al ‘procés’. Su intención, según explican en su entorno, es trasladar el foco a los avances sociales que piensa poner en práctica durante la legislatura que ahora empieza, de las pensiones al salario mínimo, pasando por las becas y la sanidad. 

Sánchez se detendrá en la amnistía, por supuesto. La proposición de ley fue registrada en solitario por los socialistas el pasado lunes en el Congreso, después de que los republicanos mostrasen algún recelo hacia el texto final, empujando al PSOE a tirar por la calle del medio y no firmar junto a Sumar y los grupos independentistas y soberanistas catalanes, vascos y gallegos. Como inicio del mandato, no fue el mejor. Mostró la dificultad de la nueva legislatura, en la que la mayoría de izquierdas de la pasada ya no existe y todo tiene que pasar todo el tiempo por ERC y Junts, dos formaciones en competición permanente y una montaña de rencillas entre sí. 

La justificación

El presidente, continúan las mismas fuentes, justificará la controvertida medida, que ha provocado manifestaciones por parte del PP y protestas violentas alentadas por la ultraderecha frente a la sede del PSOE, en la madrileña calle de Ferraz. Basará aquí su discurso en el que ya pronunció hace dos semanas en el comité federal de su partido y en la exposición de motivos de la propia ley, que beneficiará a cerca de 400 personas (entre 309 procesados del ámbito independentista, 73 policías nacionales y cerca de una treintena de encausados por el Tribunal de Cuentas) y fue enviada el martes a la UE. El preámbulo de la norma hace equilibrios entre la defensa de la Constitución y la ausencia de reproches al referéndum del 1-O, para acabar concluyendo que la iniciativa pretende un “interés superior: la convivencia de cara al futuro”.

“La amnistía ocupará un lugar importante, pero el proyecto de este Gobierno va mucho más allá”, explican sus colaboradores en la Moncloa. Sánchez, continúan las mismas fuentes, hablará de políticas sociales, economía y derechos, de medio ambiente y política exterior, deteniéndose en lo acordado con los grupos que respaldarán un día después su reelección. 

Aquí la búsqueda del contraste con Alberto Núñez Feijóo será muy evidente. La suya, dirá el presidente del Gobierno, es una investidura “auténtica”, no una “fake” como la del líder del PP a finales de septiembre, que fracasó por la falta de apoyos. Una investidura, continuará Sánchez, en la que los acuerdos son “públicos” y aparecen en “documentos firmados”, a diferencia del pacto de los conservadores con Vox para intentar llevar a Feijóo a la Moncloa. Ante un escenario político tan endiablado como el actual, el secretario general del PSOE lucirá su obra al frente del Ejecutivo durante la pasada legislatura (más de 200 leyes y tres Presupuestos Generales del Estado aprobados) para transmitir un mensaje, concluyen en su entorno, de “esperanza en el futuro”. 

La dificultad

Los socialistas son conscientes de que elevarse por encima de la amnistía durante el debate resultará muy difícil. Por un lado, Sánchez apenas ha hablado hasta ahora sobre la medida de gracia. Solo lo empezó a hacer dos semanas atrás, así que cualquier cosa que diga sobre esta materia resulta novedosa. Al mismo tiempo, se esperan para este miércoles y jueves nuevas concentraciones frente al Congreso en contra de la iniciativa negociada con ERC y Junts. Tras Sánchez, tomará la palabra Feijóo, que alertará del riesgo que en su opinión supone para la democracia Sánchez en general y la amnistía en particular, informa Pilar Santos. Después, en orden de más a menos escaños, será el turno de Santiago Abascal, de Vox, quien suele ir mucho más allá que los conservadores en sus ataques al Gobierno.  

Pero esa es su intención: centrar el debate en lo alcanzado durante los últimos años y en lo que está por venir de la mano del nuevo Gobierno de coalición entre el PSOE y Sumar. Al menos, en lo que corresponde al discurso inicial de Sánchez, en el que sentará las bases de su flamante mandato, con nuevos anuncios.  

“Lo que hará el presidente del Gobierno en funciones es más que un acto formal –dijo este martes la portavoz del Ejecutivo en funciones, Isabel Rodríguez–. Es dirigirse al país para presentar su proyecto de futuro ya respaldado por cinco años de Gobierno en los que España está mejor que antes, en los que los trabajadores han visto incrementados sus salarios, las mujeres hemos alcanzado cotas de empleo nunca antes conocidas, en los que hemos visto mejorado el sistema de educación con aportaciones en materia de becas, en los que hemos dado tranquilidad a los pensionistas y nos hemos esforzado por mejorar nuestro modelo productivo con una apuesta por la reindustrialización”.