Intervención en Estrasburgo

Sánchez defiende la amnistía en el Parlamento Europeo y lanza un guiño a Puigdemont

El expresidente catalán fue conciliador con el jefe del Ejecutivo, aunque lanzó una clara advertencia sobre la necesidad de que el PSOE cumpla lo pactado

Sánchez defiende la amnistía en el Parlamento Europeo

PI STUDIO

Juan Ruiz Sierra

Pedro Sánchez quiso centrar este miércoles su discurso ante la Eurocámara en asuntos internacionales. La autonomía estratégica abierta. Las guerras en Oriente Medio y Ucrania. La lucha contra el cambio climático. Pero la comparecencia, para hacer balance de la presidencia española de la UE durante el semestre que acabará el 31 de diciembre, tuvo como única protagonista una iniciativa doméstica: la amnistía del 'procés', impulsada para garantizar el apoyo de ERC y Junts a la reciente investidura del líder del PSOE. 

Con Carles Puigdemont tomando la palabra en el hemiciclo, y tras escuchar los durísimos ataques del PP y Vox (“infamia suprema”, “decadencia de los valores democráticos” o iniciativa propia de un “tirano”, señalaron ambos partidos sobre la amnistía), el jefe del Ejecutivo no tuvo más remedio que detenerse durante su réplica en la controvertida medida de gracia, cuya ley había dado el día anterior el primer paso en el Congreso de los Diputados. El Parlamento Europeo se convirtió en una extensión de la Cámara baja española.  

Antes de lanzar un guiño al expresident de la Generalitat, Sánchez dijo en su contestación a los grupos: “He escuchado afirmaciones erróneas y maliciosas sobre el estado de derecho en mi país. No puedo dejarlas pasar. Los datos son categóricos: España es una de las democracias más plenas del mundo. Es una democracia joven, imperfecta, pero superior en calidad según los estudios empíricos a algunas de las más antiguas del mundo”. 

El líder socialista no tiene previsto ningún encuentro con Puigdemont

El jefe del Ejecutivo pasó entonces a atacar al PP por sus pactos con la extrema derecha y su negativa a renovar el caducado Consejo General del Poder Judicial (CGPJ)un comportamiento que insistió en tachar de “caso claro de 'lawfare'”, y de ahí pasó a justificar sin medias tintas la medida de gracia. “La ley de amnistía es un paso importante en la buena dirección. La apoya una amplia mayoría del Congreso, es constitucional y solo persigue el fin de superar el conflicto”, señaló, basando como en otras ocasiones su tesis en la llamada “agenda del reencuentro” con Cataluña desplegada desde que llegó a la Moncloa en 2018.

“Los resultados están ahí: los indultos han funcionado, la normalización está funcionando y estoy convencido de que la amnistía apuntalará el noble objetivo de la concordia”, dijo entre aplausos, abucheos y llamadas al orden por parte de la presidenta del Parlamento europeo, la italiana Roberta Metsola. Hubo un momento en el que se llegaron a escuchar ladridos, pero no se trataba de una nueva carga contra el líder socialista (la derecha y la extrema derecha suelen emplear en redes sociales el apelativo Perro Sanxe), sino de un animal de "apoyo", explicó la propia Metsola.

La advertencia del 'expresident'

Frente a las palabras del PP y Vox, Puigdemont, el dirigente que personifica más que ningún otro la amnistía porque se beneficiará de ella tras haber abandonado España para evitar ser juzgado, estuvo templado. El expresident lanzó una advertencia sobre la necesidad de que el PSOE cumpla lo pactado con Junts durante la recién estrenada legislatura, pero evitó amenazar con tumbar los próximos Presupuestos Generales del Estado o incluso respaldar una hipotética moción de censura de la derecha, como sí hizo un par de semanas atrás. 

“Las oportunidades hay que aprovecharlas cuando ocurren. Si se dejan pasar por miedo, las consecuencias nunca son agradables”, señaló. “Está en nuestras manos lograrlo”, le contestó Sánchez, dejando clara su apuesta por construir puentes con Junts, a través de una negociación fraguada fuera de las fronteras de España y ante un verificador internacional, el diplomático salvadoreño Francisco Galindo VélezFue su primer intercambio, al menos en público, desde el 'procés' de 2017. Puigdemont no hizo ninguna mención a la amnistía. 

El PP y Vox, en cambio, lo basaron todo en el carpetazo judicial al ‘procés’, dejando a un lado las materias del ámbito de la UE. Comenzó el alemán Manfred Weber, portavoz de los populares europeos y dirigente muy cercano al partido que lidera Alberto Núñez Feijóo. “El principio básico de la democracia es decir la verdad antes de las elecciones. No puede prometer que no va a dar una amnistía para luego aplaudir esa amnistía”, sostuvo Weber, quien defendió que la Eurocámara investigue al Congreso español si este, como pretende Junts y rechaza el PSOE, ataca el comportamiento de algunos jueces. Sánchez le respondió recordando los pactos de los conservadores con Vox en España. En especial, el cambio de los nombres de calles de varios municipios, para volver al que tenían durante la dictadura de Francisco Franco. "¿Sería su plan también en Alemania devolver a las calles los nombres del Tercer Reich?", le preguntó.

La "dignidad de España"

Dolors Montserrat, eurodiputada del PP y exministra de Sanidad, fue más allá que Weber. Retrató a Sánchez como un presidente “sin principios ni palabra que arrasa con todo para seguir gobernando”, incluyendo la “igualdad entre españoles”, la “dignidad de España” y los “valores europeos”. 

Apenas hubo diferencias con Vox. Desde la formación de extrema derecha, Jorge Buxadé habló de “nepotismo sin precedentes”, de “narcisismo” y “ruina”, de una Constitución “pisoteada” a través de un “acuerdo criminal fraguado en un sórdido hotel de Bruselas con una banda de saqueadores y prófugos de la Justicia”. Acabó llamando a los ciudadanos a protestar sin pausa. “Usted pasará a la historia como el presidente perjuro, por intentar destruir todo lo que nuestros padres y abuelos construyeron con esfuerzo. Pero no se apure. Ni sus denuncias ni amenazas nos van a callar. Frente al tirano, movilización permanente”, concluyó.  

Prácticamente la única voz que no pronunció la palabra amnistía fue la de Ursula von der Leyen. La presidenta de la Comisión, que habló justo después de la primera intervención de Sánchez, aplaudió al presidente del Gobierno por haber asumido el mandato comunitario en “circunstancias increíblemente difíciles” y se detuvo en la situación en Israel, en la migración, con el complejo pacto comunitario a la vuelta de la esquina, y en la política energética, donde Europa ha logrado reducir de forma drástica su dependencia de los combustibles fósiles provenientes de Rusia. Pero el tenso pleno transcurrió después por un camino muy diferente.