Comicios el 12-M

Los pros y contras de Puigdemont para ser candidato de Junts a las elecciones catalanas

En el tiempo que está tardado en llegar la ley de amnistía el fervor independentista ha perdido fuelle en Cataluña

Expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont acto del Consejo de la República.

Expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont acto del Consejo de la República. / David Borrat

Fidel Masreal

Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat y eurodiputado por Junts, anunciará este jueves que quiere competir de nuevo por la presidencia del Govern de la Generalitat. Puigdemont está pendiente de que se apruebe la ley de amnistía, que le permitirá regresar a Catalunya tras haberse ido hace siete años y medio a Bélgica para eludir la acción de la justicia española por el referéndum del 1-O. Ahora, como líder indiscutible de JxCat y tras haber pactado con el PSOE la investidura de Pedro Sánchez, se dispone a emprender de nuevo el combate de las urnas en Catalunya. Estos son los pros y contras de su decisión:

A favor

Puigdemont puede personalizar el éxito de la amnistía, pese a que es el fruto de la presión de ERC y de Junts desde hace años, y de una coyuntura electoral que ha hecho decisivos los escaños de republicanos y de JxCat en el Congreso de los Diputados. El efecto de su regreso a Catalunya generará una oleada de apoyo en el seno del independentismo que puede beneficiar a Puigdemont en términos personalistas, dado que Junts hará una campaña plebiscitaria sobre su figura y definirá el regreso como el retorno del president "legítimo", menospreciando así de forma indirecta la figura del actual jefe del Govern y candidato por Esquerra a la reelección, Pere Aragonès.

En contra

El 'procés' ya no se vive en Catalunya como en 2017. Esta evidencia la recogen todas las encuestas, que han mostrado la tendencia a la baja del independentismo. El PSC es la fuerza favorita para vencer los comicios de mayo, según todos los estudios de opinión, y la suma del soberanismo está en duda. Que Puigdemont pueda perder frente a Salvador Illa -un candidato que habla abiertamente de pasar página al 'procés' y que no se identifica con el ala catalanista que tuvo el PSC- sería un golpe duro en el prestigio de la figura de Puigdemont, al que se asocia siempre con victorias electorales.

A favor

Puigdemont no se ha visto afectado por los problemas de la gestión del Govern. Desde Waterloo ha podido vivir la política sin tener que tomar decisiones gubernamentales. Aragonès no puede decir lo mismo, y en la mesa de los problemas hay cuestiones no menores como la sequía, los pésimos resultados de los estudiantes según el informe PISA y el malestar de los agricultores, entre otros.

En contra

Si Puigdemont no gobierna y ha dejado también la candidatura al Europarlamento -como probablemente hará- habrá regresado a Catalunya con apoyo independentista pero sin poder institucional. Quedaría en una situación poco favorable para su carrera política. Puigdemont, meses atrás, prefería no optar a las elecciones y mantenerse como eurodiputado, con el margen de maniobra que le permitirá la amnistía, presentarse a las catalanas es una operación de riesgo. La única salida en caso de mal resultado electoral podría ser optar después, sí, a las elecciones europeas.

A favor

Ahora o nunca. Tras la situación excepcional del pasado año en la que ERC y Junts tuvieron en sus manos la gobernabilidad del Estado, el Gobierno del PSOE sigue necesitando los votos independentistas. Si Puigdemont se presenta y es 'president', tendrá más fuerza para seguir en esta negociación, que dejaría de celebrarse en Bélgica o Suiza y podría tener lugar en Barcelona. De este modo Puigdemont puede tejer una campaña electoral basada en la idea de que si él es 'president' logrará más réditos que ERC en las negociaciones con el Estado.

En contra

En el mejor de los casos, Puigdemont presidirá una autonomía, no una Catalunya independiente. Y no habrá logrado el objetivo que Junts proclamaba: hacer efectivo el referéndum del 1-O, al que los de JxCat dan validez legal. Ahora será complicado para Puigdemont justificar que se amolda a la gestión autonómica a la espera de un referéndum pactado que el PSOE insiste en rechazar una y otra vez. Además, esta gestión estaría plagada de complicaciones dado que Junts necesitaría los apoyos de ERC y probablemente de la CUP para gobernar (siempre que las tres fuerzas sumen mayoría absoluta). Es una cierta repetición de escenarios ya vividos.

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