Berkoff, decadencia, y A bailar. Ella y él. Y el otro. Y otra. ¿O son ellos mismos y otros al tiempo? Subvertidos en un juego travestido de personalidades obscenas y dolientes, impertinentes y promiscuas. Ellos, depredadores y decadentes: El baile del erotismo sexualizante y aristocrático. El pozo del esnobismo. El viacrucis laico de la nadería ofensiva y dominadora.
Ella. Él. La grotesca fiesta del baile sincopado de la desnaturalización de comportamientos de una clase tal vez dominadora, elegante y condenada ¿A la desaparición? o ¿A la imposición? Dos almas nervudas, jugando al satánico o humano o divino juego de la seducción, el horror, la humillación, el baile somático elegante o terrorífico, el ronroneo que huele a procacidad.