E l pasado martes tuvo lugar en el marco incomparable del Mercado Municipal de Dénia, la tercera Edición del Concurso de Cocina Creativa con la Gamba Roja de Dénia.

Al margen de aspectos como el gran nivel de los ocho finalistas -seleccionados entre casi 50 candidatos por un comite de expertos-, de la enorme explosión de creatividad por parte de los finalistas -dos de ellos de Alicante-,de una organización perfecta y de un jurado de excepción, y con el merecidísimo premio a Manolo de Casa Manolo de Daimuz y el segundo puesto del alicantino Joaquín Baeza, al margen de todo lo anterior, digo, sin duda, el mayor éxito de este concurso es poner en valor, divulgar, acercar, demostrar y trabajar en conjunto solo con la sana intención de mostrar al mundo lo mejor de las buenas gentes de Dénia. Solo por eso, bravo.

Pero la verdadera dimensión que ha conseguido y que sin duda seguira consiguiendo y consolidando este concurso es su fenomenal simbiosis entre lo profesional y lo popular. Me explico. Todo un gran grupo de gente trabajando al unísono: los políticos, las autoridades, las gentes del mar, la cofradía, los restauradores, los propietarios de bares grandes o pequeños, los empresarios del sector, las gentes del turismo de Dénia, los vendedores del mercado, el comercio e incluso, los niños de la localidad, han sabido remar al mismo tiempo por un bien común. De nuevo, bravo.

Un producto, su señoría Doña Gamba Roja de Dénia, unas buenas gentes a su alrededor y un compromiso común son los ingredientes básicos de este enorme plato de promoción que afortunadamente tan fenomenal lo hacen en Dénia.

Todo un gran ejemplo del que todos deberíamos aprender. Por tercera vez, bravo.

Reflexionemos.