El Canal 24 Horas celebra su 25 cumpleaños. Convendría hablar de sus carencias para que enderezase el rumbo. No debe seguir siendo un canal de noticias en bucle, que el espectador soporte no más de media hora continuada. Debe aportar un plus.

Cuando en días pasados fallecieron Alain Tanner, Jean Luc Godard, Javier Marías e Irene Papas, a la mesa del 24 Horas debían haber acudido especialistas en dichas personalidades, para aportar datos interesantes sobre lo que su obra ha aportado al cine, a la literatura o al teatro. Lo que no hicieron las cadenas generalistas. Todavía siento vergüenza ajena cuando al conocerse que Alcarràs fue la seleccionada para viajar a los Óscar los tertulianos en La 1, en directo, se dedicaron a comentar lo interesante que era que figuras como Penélope Cruz hubiesen conquistado Hollywood. ¡Qué tendría que ver eso con la película de Carla Simón, que dinamita cualquier atisbo de glamour!

El Canal 24 Horas no debe ser, después de 25 años, insistimos, un bucle de noticias repetidas cada media hora. Debe huir de lo institucional, lo estirado, y cobrar vida propia. Entre los objetivos propios que el propio canal se ha impuesto hay dos: acercarse a la juventud y conquistar la madrugada. Ya van con retraso. El día cuenta con 24 horas. No pueden dar por perdidas un tercio de ellas. En cuanto a los jóvenes, que no ven televisión, y menos este canal, hay que intentar seducirlos.

El 24 Horas, por cosas del destino, cuenta con el mejor de los programas informativos de la parrilla, Repor. Todavía no he visto el menor gesto de esfuerzo en promocionarlo, en transmitir a la audiencia que existe y cuándo lo puede ver. Por ahí se debe empezar. Por visibilizar el producto.