Si quiere llegar a lo que promete el título, la (anti)heroína de la recién estrenada 'Un nuevo amanecer' (Atresplayer, un episodio cada semana) habrá de superar muy diversas pruebas. La primera de ellas, aceptar que tiene graves problemas con alcohol y drogas, como ha confirmado con una penosa escena en el 'talent' en el que ejerce como jurado junto a La Terremoto de Alcorcón y José Corbacho (creador y director de la serie). Esta parte se rodó en el Mediapark de Sant Just Desvern, según nos explica la directora de arte Lu Mascaró ('Palabras encadenadas', 'Lo mujer que le puede pasar a un cruasán'): "Había un decorado de gradas y mesa de jurado ya montado allí. Tuneamos un poco el tema y pusimos pantallas LED para envolver tanto al jurado como el escenario". 

Todo el mundo habla de cierto numerito de Candela Nieto (abrumadora Yolanda Ramos) en la última emisión del programa 'Tú sí tú no', pero sobre todo, los directivos de la cadena en la que se emite, que invitan a la conocida artista patria a irse a rehabilitación. Primero se presenta en Epsylum, un (falso) 'centro de sanación holística' levantado en el Jardí Botànic de Barcelona. Por allí pasó, dicen en la serie, el propio Corbacho. Pero ese santuario del equilibrio es demasiado caro y al final se decanta por Un Nuevo Amanecer, centro construido en la masía Ca l'Artés (Arenys de Munt) a imagen y semejanza del verdadero centro de tratamiento de adicciones CTA Dianova Can Parellada (L'Ametlla del Vallès). "Visitamos ese centro y fue una inspiración en todos los aspectos de la serie, no solo en ambientación", explica Mascaró. "Nos fijamos en su austeridad cariñosa, en su intento de acoger y que la gente se sienta bien a pesar de la precariedad. Había que comprender cómo funciona, la ayuda que se da o cómo viven los que están allí". Candela no lo lleva muy bien en un primer momento: se considera por encima del resto, cuando la primera norma para ser feliz en este mundo es comprender que todos somos igual de grandes e igual de pequeños. 

Otra vez Casa Argelich

La pobre Candela acaba en Un Nuevo Amanecer tras fracasar en el intento de sacar dinero a su madre Estrella (Vicky Peña), antigua vedette difícil de engañar. En cuanto ve a su hija irrumpir en su reunión con amigas en El Cangrejo, sabe perfectamente a lo que viene. "Este restaurante es, en realidad, el Voramar de Arenys de Mar (Passeig de la Musclera, 10). Fue una de las localizaciones más difíciles porque era completamente blanco [al contrario que el colorido, exuberante lugar ficcional] y los tiempos para la intervención fueron mínimos. Se trabajó contrarreloj para poder transformarlo en solo un día, sin clavar un clavo, sin deteriorar nada. Como si todo se sostuviera por arte de magia". 

Estrella, por su parte, pasa sus días en un piso que es una reliquia de otro tiempo, una especie de museo dedicado a su época de gloria en las revistas. Está en Casa Argelich (Rambla Catalunya, 34), mítico edificio del Eixample donde tenían lugar las dos primeras entregas de '[REC]' y muchas otras películas y series. "En ese edificio casi siempre la intervención es total, ya que lo que usas es la amplitud de los espacios, la comunicación entre ellos y las paredes, pero has de intervenir todo; partes de cero salvo en lo constructivo. Papel pintado, puertas, construir cocina, ambientar… Es como entrar en un piso en alquiler que necesita reformas".

A pesar de las limitaciones en cuanto a tiempos de rodaje, intervención y presupuesto, Mascaró ha quedado satisfecha con los resultados. "Y os faltan por ver, creo, los camerinos; el de la madre me encantó hacerlo". Define el trabajo como "encaje de bolillos, creatividad al máximo, improvisación y, sobre todo, confianza absoluta entre dirección [además del citado Corbacho, la veterana Belén Macías] y equipo de arte".