Hace 20 años un grupo de entusiastas amigos, aficionados a la Paleontología, decidieron asociarse en torno a esta afición común y crearon el Grupo Cultural Paleontológico de Elche, germen del actual MUPE, Museo Paleontológico de Elche. Comenzó entonces para ellos una andadura difícil, que los ha conducido por sinuosas e intrincadas sendas administrativas, siempre buscando apoyos y tras los necesarios fondos para hacer realidad y mantener a flote este hermoso proyecto. El MUPE nos abre las puertas al conocimiento de nuestro pasado, nos ayuda a entender el presente, y tal vez a vislumbrar como puede ser nuestra futura andadura por este mundo.

La primera vez que visité el MUPE, tuve la sensación de experimentar un encuentro con verdades ignoradas, que tienen que ver con la historia de la vida sobre el planeta Tierra. Todas esas especies, ya extinguidas, que nos han dejado su registro fósil, parecían resurgir desde la inmensidad del tiempo transcurrido. En ese momento, todo adquiere un valor relativo, la misma presencia de la especie humana se revela apenas insignificante si la comparamos con la casi infinita sucesión de especies que nos han precedido. Tal vez, no somos tan importantes y deberíamos pensar mejor acerca de las consecuencias de nuestras acciones sobre este prodigioso planeta, que nos ha sido legado, tan solo temporalmente.

Desde que se produjo el primer atisbo de vida sobre nuestro planeta, los organismos han ido escribiendo su propia historia en el libro de la naturaleza, los rastros que han depositado sobre la faz de la tierra han sido pacientemente recogidos por los paleontólogos, analizados, clasificados y finalmente expuestos para que podamos conocer esta historia callada que configura la verdad eterna de la evolución paciente y sosegada de las especies a través de la profundidad del tiempo. Un siglo apenas es un instante, una vida entera no es nada, somos como gotas de agua en el océano infinito del tiempo.

Todos los procesos evolutivos se han desarrollado lentamente, para que los seres vivos pudieran asimilar las transformaciones producidas y adaptarse a las condiciones de un entorno cambiante. Las variaciones en el clima han sido una constante en la historia de la vida y lo siguen siendo en la actualidad. Pero los seres humanos nos empeñamos en vivir apresuradamente y en tratar de influir sobre nuestro entorno, sin detenernos a reflexionar sobre el modo en que estamos contribuyendo a esta historia de la vida. Deberíamos plantearnos seriamente si estamos realmente desempeñando el papel que nos corresponde o, tal vez, estamos alterando el proceso evolutivo que ha venido desarrollándose durante millones de años.

Realmente resulta emocionante descubrir en las vitrinas del MUPE insectos encerrados en minúsculos trozos de ámbar, que debieron convivir con los dinosaurios, restos fósiles de los organismos marinos que habitaban nuestra provincia, cuando estaba sumergida en las aguas de un océano primitivo. Todo despierta nuestra imaginación, que podemos dejar volar libremente, para sentirnos parte de esta historia y para contribuir a que la evolución continúe, de acuerdo con las leyes de la naturaleza.

La voluntad puesta en este empeño por el Grupo Cultural Paleontológico de Elche merece todo nuestro respeto y reconocimiento. Ellos han conseguido, sobre la base de sólidos y rigurosos criterios científicos, generar un espacio de conocimiento que se ha proyectado, incluso fuera de nuestras fronteras. El MUPE se ha convertido también en un foro de encuentro donde plantear estrategias de colaboración, dentro del ámbito científico y educativo, con instituciones públicas y privadas de nuestra ciudad y de nuestro entorno.

En estos días, nuestros amigos del MUPE están celebrando su 20 aniversario. 20 años de esfuerzo y resultados, y también de un sacrificio diario por mantener vivo un proyecto cultural que enriquece y enaltece a nuestra ciudad. Con motivo de esta efeméride, se están desarrollando una serie de actos culturales y científicos que culminarán el próximo 26 de noviembre con la presentación de nuevas ideas y fórmulas de futuro para garantizar la continuidad de este proyecto. Porque, aunque nos enfrentemos a tiempos difíciles en general, esta iniciativa cultural debe contar con todo el apoyo de la sociedad y de los poderes públicos, puesto que contribuye a engrandecer nuestro espíritu y nos ofrece un espacio de sosiego y reflexión, muy necesario para comprender con claridad el sentido de nuestra existencia.