La cita es histórica. Llevamos años esperando este momento y por fin ha llegado. El 6 de noviembre de 2011 quedará grabado en la historia del deporte alicantino. Hoy, en el Circuito Ricardo Tormo, Nico Terol, un joven alcoyano -23 años recién cumplidos- se puede proclamar campeón del Mundo de Motociclismo. Y todo esto ante más de 70.000 espectadores que acudirán al circuito y muchos millones más de aficionados de los más de 200 países en los que se transmiten en directo todos los Grandes Premios. Nico llega a Cheste en el apogeo de su carrera deportiva. Ocho victorias le avalan y lo consagran no solo como líder

destacado del Mundial, sino como el mejor, con diferencia, de su cilindrada. Ya es el campeón moral de los 125, pero esto es simbólico; ahora falta que hoy se proclame campeón oficial. Su excelente temporada le ha catapultado hacía un título que ya tiene nombre propio. Sabe que todos los ojos estarán puestos en su actuación y va a contar con el aliento de una apasionada afición totalmente volcada. Y él no les puede fallar ni les va a fallar, aunque para ello tenga que asumir toda la presión que esto supone. El de Alcoy, al igual que en su día lo fue Alex Crivillé, siempre ha estado considerado como un corredor de fondo que ha trabajado para recoger los frutos a largo plazo. Ahora la meta está a la vista. Para lograr su objetivo tan sólo necesita administrar de forma inteligente su ventaja de 20 puntos en la clasificación. Debe de pensar en el título y no en la carrera. Todas las circunstancias están a su favor y Zarco para conseguir el título no solo tiene que correr contra el alcoyano sino contra el resto de la parrilla. Al francés solo le vale la victoria, en caso de no ser el primero a la caída de la bandera a cuadros el alicantino automáticamente sería campeón, ya que en el hipotético caso de que el galo fuese segundo y Nico no puntuase empatarían a puntos y conseguiría el título por mayor número de victorias (8 frente a 1). En el caso de que Zarco fuese el vencedor a él le bastaría con cruzar la meta en el undécimo puesto.