Uno no se puede imaginar lo que se puede sentir en su interior hasta que no le llega en ocasiones la oportunidad de vivencias, que si se analizan, parece imposible tenerlas.

Cuando por el mes de marzo del pasado año se me presentó la oportunidad de viajar a Roma, nunca se me pasó por la cabeza el poder hacer todo lo que ocurrió en ese viaje, era la séptima vez que iba a la ciudad eterna y en todos los viajes anteriores ha habido un hecho común, ya que como buen católico que me considero y quiero agradecérselo a mis padres que me lo inculcaron, siempre he visitado la Ciudad del Vaticano y sobre todo su basílica la de San Pedro, cuna del catolicismo. Pues bien, personalmente creo que los humanos en ocasiones tenemos unas sensaciones que nos vienen sin saberlo de alguien que está por encima de nosotros, y yo creo que en esta ocasión fue San Blas quien pensó que yo podía hacer algo que él quería que se hiciera, ya que todavía no sé cómo, pensé que debía hacer llegar a la Santa Sede algo de Sax, algo de San Blas. Fijaros que tenía la oportunidad de asistir a una audiencia papal y casualidades de la vida ese mismo día me encontré con Enmanuel, un sacerdote sajeño que está en estos momentos ampliando sus estudios sacerdotales en Roma, le pregunté y me asesoró de maravilla, le dije la idea que tenía y él me animó a desarrollarla y de hecho durante este viaje estuvimos juntos en Roma.

Llegó el mes de junio y junto a mi hermano Lorenzo y nuestras esposas, Patro y Rosi, nos desplazamos a Roma, y el día ocho de junio asistimos a la audiencia papal y posteriormente a otra audiencia con el cardenal, prefecto del Vaticano, Antonio Cañizares Llovera. Hasta que llegó el viaje estuve pensando que le podía decir y llevar a Su Santidad y a monseñor Cañizares, pero no me hizo falta mucho ya que con la ayuda de San Blas preparé una breve carta donde les explicaba el significado de la fiesta que Sax le hace a San Blas, el amor que le tenemos los sajeños y la devoción de los festeros a nuestro Patrón. El detalle fue una medalla de San Blas, la misma que llevamos los Amigos de San Blas durante las fiestas justo encima de nuestro corazón y que lleva a su alrededor la bandera de cada una de las ocho comparsas, rodeando esa bonita medalla había seis distintivos de los que llevamos los festeros de la comparsa de Cristianos y que son una reproducción de la mitra de San Blas.

Por fin llegó el momento de la audiencia, junto con la emoción que sentimos los católicos en un acto de esta importancia, personalmente yo estaba aún más motivado. Me puse en contacto con un delegado de los que hay en las audiencias, hablé con él, le expliqué el motivo de la carta y el detalle que quería hacerle al Santo Padre y con una amabilidad exquisita no dudó en ayudarme, se puso en contacto con la persona encargada de ello y se lo entregó. Posteriormente se desarrolló de una manera maravillosa la audiencia.

El 15 de junio recibí una contestación de la Secretaría de Estado del Vaticano agradeciendo "la amable carta y el bonito regalo" según decía textualmente. Acto seguido nos dirigimos al Dicaterio, así se llama a un ministerio en el Vaticano, y estuvimos los cuatro con monseñor Cañizares.Fue media hora maravillosa, hablando de personas conocidas en común, de hechos, pero sobre todo de Sax y San Blas. Me consta la devoción que monseñor le tiene a San Blas. Le entregué la carta y el mismo regalo que a Su Santidad, de verdad que le encantó, le explique todo el significado que tenía y le dije una frase inolvidable para mí "Don Antonio, esta medalla que usted tiene ahora solo la llevan los Amigos de San Blas de Sax", a lo que él contesto: "Pues entonces yo también quiero ser también Amigo de San Blas de Sax" . Seguimos con nuestra conversación y ya antes de marcharnos le dije de nuevo: "Don Antonio, entonces como está lo de ser Amigo de San Blas" a lo que él me contestó "te confirmo que soy Amigo de San Blas", miré el reloj y dije "desde hoy ocho de junio de 2011, Don Antonio Cañizares, es Amigo de San Blas de Sax".

El día 29 y durante la celebración del día de los Amigos de San Blas, y estando delante de la imagen de San Blas, se oficializó el nombramiento de Amigo de San Blas a monseñor Don Antonio Cañizares. Y todo esto, vuelvo a repetir y además estoy convencido, ocurrió no por mi iniciativa, sino porque el patrón de Sax, San Blas, así lo quiso.