Hasta hace un par de meses se suponía que el Barça acabaría ganado el partido. Ahora, desde el encuentro de Granada, está al borde de perderlo o lo pierde. El Real Madrid, hasta hace un mes, jugaba de modo que se podía pensar que no era invencible y de hecho no lo era. Ahora, cada vez que saltan sus jugadores al terreno de juego se presiente que vencerán aunque delante esté el Barça, equipo que hoy no se tiene en pie.

Ni siquiera Messi está en condiciones de acudir al rescate. El Barça tenía necesidad de eliminar al Madrid y cayó en el Camp Nou. Moralmente, estaba obligado a ganar en el Bernabéu y volvió a caer. Se podrá acoger al penalti no pitado por el funesto Pérez Lasa -el más rápido al oeste del río Nervión con las tarjetas- pero en el análisis total siempre cabrá decirle que no hizo méritos para mostrar la categoría de mejor equipo del mundo que se le había adjudicado.

El equipo barcelonés juega con un entrenador prestado y lo peor está en que, tras la forzada ausencia de Tito Vilanova, da la impresión de que la preparación del equipo ha caído muy por debajo de la exigible.

Sufrió en Granada, padeció con el Sevilla y cayó rotundamente en Milán y el Camp Nou. Ha rematado la función en el Bernabéu.

El equipo azulgrana juega caminando y Messi, la salvación habitual, no está en su mejor momento. El equipo se empecina en buscar el gol en imposibles paredes por el centro de la zaga contraria. Prescinde de las bandas y la ineficacia de las mismas responde a dos cuestiones fundamentales: Pedro está muy bajo de forma y Alves debería ser suplente.

Jordi Alba bastante hace con intentar sus penetraciones. Alves, además, deja desguarnecida su defensa. Por su banda llegan la mayoría de los goles contrarios. Catorce partidos consecutivos, por cierto, viendo perforada la meta.

Roura y se supone que Vilanova persisten en el error de confiar plenamente en Villa. Ayer lo cambiaron a pesar de que había sido el único que había buscado con rapidez la llegada al área madridista. La salida de Tello fue tardía. La derrota se consumó con el error de Pérez Lasa, uno de los peores árbitros españoles, que no tuvo arrestos para pitar el penalti que le hizo Sergio Ramos a Adriano. En el Bernabéu ya se sabe que ante la duda, barrer para casa.

El Madrid ha recuperado velocidad y en su contragolpe es mortal Y Mourinho ha vuelto a recurrir a la formula que le sirvió con el Inter. Entonces vimos a Eto'o jugar de lateral más que de delantero. El sábado Callejón fue un defensa en ayuda de Essien. El Madrid se va a Manchester pletórico. El Barça esperará al Milan en depresión. Las victorias madridistas ante el Barça, seguramente, servirán para que el ministro de Educación, el señor Wert, crea que su equipo está españolizando a los niños catalanes.