La ciudad es como aquel tapiz que tejía la fiel esposa de Ulises, quien destruía llegada la noche lo elaborado en el día. Nos dice la historia que "la Ciudad" se construye y se derrumba con el paso del tiempo. Y se edifica encima de lo derribado, en un proceso temporal ilimitado. En una de las mejores tesis sobre urbanismo que he leído en los últimos años, Rafael Temes, mi buen amigo, aborda el problema de la reconstrucción de los barrios de la Ciudad Moderna en el próximo futuro. Y es que en los próximos años la política de viviendas deberá ocuparse de la reconstrucción y la renovación urbana de barrios con problemas de ruina. Es decir, nos tendremos que enfrentar, por delante del crecimiento urbano y de la nueva edificación, con la problemática de la conservación de lo edificado. En este sentido, el Gobierno ha enviado a las Cortes un Proyecto de Ley sobre Rehabilitación, Regeneración y Renovación Urbanas.

De otro lado, se ha publicado por el INE el censo de viviendas del año 2011 y ello nos permite hacer comparaciones con el 2001. Creo que es importante este estudio porque refleja los momentos de máxima actividad edificatoria junto con la crisis sufrida en esos últimos años del decenio. Tal informe habla de 3,5 millones de viviendas cerradas para todo el país, lo cual, siendo una mala cifra no es desastrosa. Incluso para Elche los datos son más alentadores. Nuestra ciudad tiene sobre doscientos treinta mil habitantes -en ligero retroceso- y ciento trece mil viviendas. Es decir, resulta una media de dos ilicitanos por vivienda. De esas viviendas, un 76% están dedicadas a primera residencia, un 12% a segunda y solo un 13% permanecen sin destino. En cuanto a la evolución la ciudad, ha tenido un crecimiento del 35% en lo tocante al parque de viviendas; resultando prácticamente estables las viviendas cerradas y las dedicadas a segunda residencia. Hechos que han contribuido a encaramarnos a la vigésima posición en el ranking poblacional de ciudades españolas.

Y bien ahora surge la pregunta: ¿Cómo administrar en tiempos de carencia semejante situación creada? O lo que es lo mismo ante el dilema del tapiz de Penélope ¿cómo debemos actuar, cuáles viviendas debemos destruir y qué nuevas viviendas habremos de crear?

Un primer elemento a considerar es la calidad de las viviendas vacías. Porque resulta absurdo que una parte de la población viva en infraviviendas que no llegan a los estándares mínimos de habitabilidad, cuando existen viviendas vacías, fuera del mercado, con una alta calidad marcada por las últimas normativas. Cabe aquí introducir un elemento nuevo a considerar: la necesaria puesta en marcha de un Informe de Evaluación de los Edificios. O sea la revisión de las viviendas de más de cincuenta años. Esto llevaría a una cierta racionalización en la vivienda de mayor edad. Así que de tales informes técnicos, saldrá la necesidad de realizar obras de conservación en los edificios llegando a ser retirada la condición de habitabilidad cuando proceda.

Otro elemento de mayor interés urbanístico será la Renovación Urbana. Denominamos de tal guisa a los procesos de sustitución de barrios avejentados por otras propuestas adaptadas a las condiciones actuales de vida. Y en los próximos años tendremos que enfrentarnos con un rosario de actuaciones en aquellos polígonos de vivienda que fueron en Elche colocándose en la periferia de la ciudad. Dichos polígonos se construyeron de forma unitaria, de manera acelerada en el tiempo y sin establecer con claridad espacios públicos y espacios comunitarios. En muchos casos los procesos de obsolescencia hacen que toda la barriada entre en decadencia al mismo tiempo. ¿Y cómo actuar de manera unitaria en semejantes barrios?

La verdad es que desde la arquitectura existe un claro procedimiento de actuación en solares situados en la ciudad compacta. Se derriba el viejo edificio y se sustituye por otro. Así se ha actuado en la mayoría de solares de la ciudad ¿Cómo actuar -pregunto- en los polígonos unitarios? Conviene señalar que el urbanismo actual no dispone de herramientas fácilmente aplicables. De hecho, estamos enfrentándonos por primera vez a este problema. Y en cuanto a Elche resulta pionero al haber alcanzado acuerdos con la Generalitat y el Gobierno Central para la actuación en uno de sus barrios: San Anton. Sin embargo, parece que tales propuestas, basadas en una importante inversión del sector público puedan verse comprometida en la situación actual.

En fin, en los próximos años toca reformar, rehabilitar y conservar nuestro patrimonio de viviendas, y edificar sobre lo ya urbanizado para desarrollar nuevas propuestas. Por otra parte, cabe consensuar programas de Renovación Urbana en lugares donde la situación social lo demande. Mientras tanto habrá que ser pacientes, esperando señales que marquen un nuevo ciclo.