En este mes de agosto, que como cada año me acuerdo de todos los amigos que cumplen y cumplían años el mismo mes que yo, aunque esta vez ya voy a pasar la barrera de los 45 y no veas cómo urge la vida..., pues en éste, que inaguramos a ritmo de Hip Hop y dance desde un ADDA repleto de música, ritmo y sobre todo cultura alternativa ( es mucho más que música)... en este que por fin nos haremos un TRANSFORMARTE de mucho cuidado y acabaremos deseando parecer La Centollo (Tomás es mucho Tomás...) pues en éste, me acuerdo enormemente de dos personas que ya no están y que, de casualidad, han vuelto a mi vida... Eva Carreño, una buena amiga, que en su momento tuvo que evitar que la buscaran mucho más... Eva se ha venido por arte de magia y amor, mucho amor sí..., a vivir a mi tierra Alicante. Una vida que la ha llevado al borde del mar junto a un maravilloso alicantino, empresario y genial, Toño Simo. De esos que han hecho mucho en Alicante, luego se hicieron las Américas, y ahora han vuelto a conquistarnos otra vez, esta vez vía app. Menuda plataforma, diez millones de usuarios escuchan, leen y disfrutan lo que Toño quiere. Pero lo mejor, digo, ha sido la llegada de mi querida amiga, colega de profesión y sobre todo genial Eva a este Alicante que ya debería estar temblando de saberlo.... Porque Eva es mucha Eva, sobre todo un terremoto lleno de ideas. Y en estas estábamos, celebrando encontrarnos de nuevo, y aquí, quién lo imaginaba, cuando nos acordamos de dos buenos corazones, dos personas que tambien pasaron por aquí alguna vez, que adoraban su vida y que, de alguna manera, fueron los juguetes rotos de tanto sinvergüenza que pulula por nuestro mundo, en general por todos los mundos, pero por el nuestro más.... Así que hoy le quiero dedicar esta columna a Carmina, sí, a la Ordóñez, una mujer de bandera para muchas cosas que hoy me falta otra vez en mis portadas favoritas de revistas, que me falta en mi tele, en las crónicas y hasta en Internet... y a Daniel El khum, un amigo del alma que hace tiempo decidió terminar su historia volando con su pequeño perrito, escapando de una triste realidad, ésa en la que no se puede a veces ni respirar. Recordamos mil anécdotas, nos hicimos fotos, nos reímos, lloramos también algo... y sobre todo decidimos que ante todo, y sobre todo, lo que importa, una vez más, se puede resumir en esos tres términos, esos que nos han llevado hasta aquí y cuyas iniciales pienso tatuarme en alguna parte significativa de mi cuerpo, para no olvidarme jamas. F, H y C, Fuerza, Honor y Corazón... la mejor de las definiciones que hoy, como en aquel tiempo de los romanos, resumen grandes principios que mueven el mundo, y que defendían otrora los limes del Imperio contra bárbaros y godos... esos términos que cuando se vea sobre tu piel grabado a fuego, sabrás que yo, y los que lo compartimos, vamos a plantar batalla, somos esos que no vamos a permitir jamás, jamás, jamás, que se pierdan los valores más importantes: la cultura, los principios, la lealtad, la fuerza, el honor, la bondad, ser lo que eres y hacer lo que debes, y el coraje de poner en pie cada día tu casa, tu trabajo, tus amigos, tu familia y tu vida... El ánimo de no permitir que nada ni nadie te derrumbe, que este país siga creciendo y que los malos, los egoístas, los inhumanos (señor qué horror leer que hay curas y diseñadores pederastas con ánimos asesinos), los inmorales, los indecentes y los derrotistas NO van a poder evitar que, compañero.... los idealistas volvamos a ganar la batalla y la guerra. Y una vez más volvamos a entonar el grito de guerra, ése Hasta la Victoria Final. Esa que hace que la vida tenga un sentido, y donde, sin duda, nos sobran muchos, pero muchos...