¿Se puede aprender a ser feliz? Nos puede ayudar conocer qué cosas hacen felices o infelices a las personas. Las siguientes son circunstancias que se asocian a ser feliz:
1.- Compartir nuestros bienes / riquezas.
2.- Formar parte de una amplia red de relación social: tener muchos amigos.
3.- Orientar tu vida en buscar un ideal superior, por ejemplo el servicio a los demás.
4.- Estimar que vas a dejar un buen legado, muchas veces no material.
5.- Disfrutar con lo que eres o lo que tienes,
6.- Creer tener una buena reputación o prestigio.
7.- Comprometerse en proyectos éticamente elevados. Puedes fijarte algunas de ellos como meta en tu vida y tratar de conseguirlos día a día.
¿Qué circunstancias se asocian a la infelicidad? Y por tanto debes evitarlas:
1.- Conocerse uno mismo mal.
2.- Si hay una gran distancia entre como somos y aparentamos ser, o como vemos las cosas y realmente son.
3.- Si en la vida nos planteamos más el tener que ser.
4.- Si hacemos de nuestro día a día una competencia con los demás.
5.- Si llenamos la vida de tedio, carecemos de auto estima o nos sentimos mal recompensados.
¿Puedes ayudarme a ser feliz? Largo tiempo los psicólogos se han empeñado en conocer y tratar de cambiar ciertos rasgos del ser humano alterado o patológico: del celoso, triste o agresivo. En los últimos años, y con mucho éxito, se han interesado por el humano sano, y concretamente por su felicidad. Martin Seligmann, presidente de la Academia de Psicología de EE UU ha creado y trabajado en lo que llama la psicología positiva, y con ella ha avanzado en conocer lo que nos ayuda a ser felices. Intento esquematizar sus ideas en cuatro pasos:
1.- Usa tus fortalezas: Importa conocerse bien, aumentar nuestro auto conocimiento, lo que no siempre es fácil. Ello supone buscar nuestros puntos fuertes, lo que antes se llamaban virtudes y hoy, en ese lenguaje psicológico: fortalezas. Y una vez conocidas, servirnos de ellas constantemente en nuestra vida. Sacar mucho partido al hecho de que seamos esforzados, inteligentes, guapos, o lo que sea, etc.. Luego hay que detectar nuestros defectos, debilidades, o en ese «lenguaje positivo», conocer nuestros puntos de mejora. Hay que intentar cambiarlos, pero sabiendo que ello exigirá tiempo y esfuerzo.
2.- Luego y tras conocer la realidad fijarse metas realistas.
3.- Y en un tercer paso hay que intentar cambiar, hay que empeñarse en el cambio. Sobre la base de que ello es posible y sabiendo que si no se cambia, los resultados en felicidad serán los hasta ahora conseguidos. Cambiar supone actuar, y debe saberse que nuestros grandes enemigos para el éxito en este terreno son la ignorancia (no nos conocemos bien, valoramos mal nuestra realidad o no tenemos metas claras) y la inacción (no obrar). Ello sucede cuando sabemos o conocemos que debemos cambiar, pero no actuamos. Somos como el fumador que es consciente de que el tabaco le hace daño, pero no abandona el hábito.
¿Qué piensan los demás de la felicidad? León Tolstoi nos ha dicho: El secreto de la felicidad no está en hacer siempre lo que se quiere, sino en querer siempre lo que se hace. No hay más que una manera de ser feliz: vivir para los demás. Mi felicidad consiste en que sé apreciar lo que tengo y no deseo con exceso lo que no tengo. Publio Sirio decía: «Ninguna persona es feliz, a menos que crea serlo». Y Boecio: «¿Por qué buscas la felicidad fuera de ti si la tienes dentro?» Rochefoucald: «Nunca somos tan felices ni tan infelices como pensamos». Y nuestro Antonio Gala: «La felicidad es darse cuenta que nada es demasiado importante». Así, por favor, no sueñes con la Felicidad, haz feliz la realidad.
¿Cómo ser feliz? Algunas ideas útiles, que ayudan, son: Debemos darnos permiso para ser humanos. Aceptar nuestras limitaciones y miedos. Hacer coincidir el placer con el significado de lo que hacemos. Saber que la felicidad no la da el hedonismo. Que es clave nuestro estado de ánimo, que debe ser positivo. Nos ayuda mucho el simplificar nuestra vida, no hacer más que lo que objetivamente podemos y disfrutar haciéndolo. Reservar un tiempo al día para tomar conciencia de ello. Conectar a diario cuerpo y mente: meditación, deporte, reflexión, relajación pueden ayudarnos. Ser agradecidos con la vida y con las personas o circunstancias que nos rodean. Y, fundamentalmente, mantener la actitud de valorar lo mucho que ya tenemos ( y de lo que con frecuencia no somos conscientes).
La felicidad en el mundo: De forma muy general, en las sociedades occidentales creemos que la felicidad viene «de fuera»: consiste en amasar poder, dinero. Es una cultura de lo material, en la que predominan los verbos hacer o tener. En las sociedades orientales viene «de dentro», supone liberarse de la pertenencia, es más la autorrealización. Una cultura de la sabiduría, y conjuga los verbos ser o estar.
Conclusión: La felicidad es un estado de ánimo que se relaciona con condicionantes externos, pero que se puede lograr controlando el corazón y la mente. Y sobre todo sabiendo que está en ti, no la busques fuera.
