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La construcción nacional

Lunes EL CAMARERO DEL TITANIC

El cine sería un recurso idóneo para titular la entrevista o canto miserere de este fin de semana a Fabra. En un plano íntimo, el título que inmediatamente acude a la cabeza es «¿Qué he hecho yo para merecer esto?»; otro políticamente revelador exige un juego de palabras: «Murieron con los votos puestos». Combinando ambos papeles, Fabra es el oficial de guardia cinco minutos antes de que la plebe asalte la Bastilla, un político conmovedor incapacitado para atribuirse futuros éxitos económicos ya que ha tenido que ceder la gestión de gastos e ingresos a Montoro y sólo puede ofrecer un mensaje bíblico: no poseo plata ni oro, pero todo cuanto tengo es vuestro. Lo incontrovertible es que su programa electoral se reduce forzosamente a una desesperada promesa de regeneración que pasa por excluir a imputados y notorios corruptos de las listas y no es seguro que la fortaleza política de Fabra, ninguneado en Madrid y despreciado en Valencia, pueda sobrevivir a tantos afectos familiares.

Martes ANA DE LOS MIL DÍA

La renuncia de Ana Botella a presentarse como candidata a la alcaldía solventa la contradicción insuperable de que sea alcaldesa quien ni siquiera había encabezado la lista mientras su partido promueve la elección directa de los alcaldes. Estas anomalías son muy del gusto de los políticos españoles que, como los leninistas ortodoxos, se interesan por el poder como abstracción onanista y no por su ejercicio coherente. Ana Botella era el paradigma de esta mentalidad tribal («casta" en el argot hispano-venezolano) cuyos resultados pueden distribuirse entre lo anecdótico (no interrumpir sus vacaciones tras la hecatombe del Madrid Arena) y lo categórico (el insoluble déficit del Ayuntamiento de Madrid es su único dato macroeconómico que se estudia en las universidades norteamericanas). Naturalmente, no han sido estos ociosos datos los que la han impulsado a abandonar el escenario, sino el entusiasmo descriptible que percibía por su candidatura en el sanedrín monclovita.

Miércoles SELECCIÓN NATURAL

Entre los elogios póstumos a Emilio Botín llama la atención el de un colega que lo ha calificado como símbolo del sistema financiero español, palabras tal vez inevitables aunque sin duda equívocas a la vista de los millones de compatriotas con una escritura hipotecaria a modo de sudario. Digamos que Botín fue el gran tiburón blanco en el acuario de la oligarquía, con sus cuentas suizas regularizadas a regañadientes y el innegable mérito de que el Tribunal Supremo modificara su criterio para evitarle un juicio imprevisible, el Juan March del postfranquismo hoy levemente amenazado por una revuelta de bocinazos callejeros y desamor institucional. Pero también fue el constructor de un imperio sólido cuyas migajas han alimentado a otros tantos millones. En cualquier época y lugar, es una minoría privilegiada por su carácter emprendedor, sus dotes intelectuales o la falta de escrúpulos quien determina el nivel de vida del resto. La aspiración ideal es que esta élite modere su codicia innata en beneficio de la mayoría como gesto no filantrópico sino perspicaz: las desigualdades escandalosas conducen a la revuelta y ésta siempre perjudica el balance.

Jueves ¿QUIÉN SOY YO?

Una cadena entrevistó anoche a un portavoz del Gobierno extraordinariamente parecido a Pedro Sánchez, el secretario general del PSOE. De hecho era Pedro Sánchez y la atosigante impresión fue que por una vez Moncloa había redactado las respuestas y no las preguntas. Todo en el invitado transmitía una vaporosa ambigüedad que no distinguía ámbitos. Cuando le preguntaron por Cataluña, puso en evidencia a Mas desvelando con fría malicia una conversación privada que sólo podía servir para menguar la credibilidad del otro ante su público. Después, sobrepasó por la derecha a Rajoy mostrándose partidario de que España se una a la coalición militar contra el islamismo aunque, matizó, sin envío de tropas, esas piruetas cosméticas de la izquierda bienpensante que cree que las guerras pueden ganarse desde una pista de squash. El colofón a tanta ductilidad táctica y ausencia de ideas originales fue el rejonazo al paterfamilias Felipe, despachando con un irreverente «no tuvo su mejor día» su reciente apoyo a Pujol.

Viernes PUENTE AÉREO

Hasta ahora sabíamos que a Artur Mas le gusta citar el caso escocés como un modelo civilizado de acceso a la independencia, pero ignorábamos que Cameron ha comenzado a utilizar el proceso catalán como ejemplo de lo que podría ocurrir a los escoceses si votan por la secesión del Reino Unido. No hay quien entienda a aquellos insulares. Ayer se celebró la Diada con el habitual caos de las ofrendas florales a Casanova, el patriota mártir que muy probablemente habría entregado las armas al instante de haber sospechado las consecuencias políticas de su combatividad. Incluso apareció un grupo de españolistas desafiantes que hundieron la bandera constitucional en la tumba del manoseado mártir como si fuera el estandarte de Colón tras desembarcar en una isla caribeña. Nadie dijo que la construcción nacional fuera una tarea sencilla, aunque tampoco nadie advirtió de que serían necesarios un millón de manifestantes y trescientos violonchelistas para no convocar un referéndum.

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