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Relevantes voces

El legendario seductor procede de la literatura española dio origen al donjuanismo por su insatisfecho talante

DON GIOVANNI

Teatro Principal de Alicante

De Mozart.

Compañía: Ópera 2001.

Dirección musical: Martin Mázik.

Dirección escénica: Riccardo Canessa.

El legendario seductor procede de la literatura española dio origen al donjuanismo por su insatisfecho talante. La operística no fue ajena al universal arquetipo, y el genio de Salzburgo, Amadeus Mozart, compuso la partitura de Don Giovanni (1787), con libreto de Lorenzo da Ponte, quien se apoyó en El convidado de piedra, ópera producida ese mismo año. La reelaborada historia del clásico libertino se fraguó como drama jocoso u ópera bufa y combina la comedia, el melodrama, la reflexión filosófica y los elementos sobrenaturales. La acción se desarrolla en Sevilla, a mediados del siglo XVII, y en ella un joven noble, arrogante y promiscuo, ofende a todos y desprecia a los muertos. El fundador del clasicismo vienés, Mozart, transmite una sonoridad que estimula el tono sombrío necesario. El libretista impuso instinto teatral, pero se percibe un estancamiento narrativo, especialmente en el primer acto, y una lenta progresión dramática en función de los temas líricos. La segunda parte ofrece al público una mayor teatralidad, aunque el espectáculo, con la dirección de Riccardo Canessa, destaca más por las voces que por el valor escénico en su conjunto. El barítono Paolo Ruggiero desprende brillantez sonora y una rica tesitura en su papel de fanfarrón. Las sopranos Berna Perles e Hiroko Morita tienen vigorosas gargantas. La primera posee voz cristalina, vibrante y con expresivos adornos, y la segunda no se queda muy atrás fundiéndose con la música e interpretando hondamente. La soprano Francesca Bruni es una campesina con gracia y altura en todos los aspectos interpretativos. Los bajos Alberto Bianchi e Ivaylo Dzhurov y el bajo-barítono Nikolay Bachev completan el notable elenco vocal junto al coro. La orquesta, bajo la batuta de Martin Mázik, acoge la concepción musical del licencioso protagonista y de los demás personajes que alientan una obra dentro de la línea tradicional de Ópera 2001. No estaría mal sacudirse la polilla y sintonizar con las inquietudes más actuales para que las jóvenes generaciones sientan interés por el género.

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