Mientras se suceden los tiroteos entre la dirección del PP y la alcaldesa de Alicante, los movimientos para designar un sucesor en la candidatura se van consolidando. Tres son los nombres que quedan en carrera: el de la consellera Asunción Sánchez Zaplana, el del concejal Carlos Castillo y el del exvicepresidente de la Diputación y director de la Cámara, Carlos Mazón. Sánchez Zaplana sigue siendo la favorita, no sólo por el cargo que desempeña y por haberse puesto a salvo de la hoguera que Alicante significa, sino también porque, de los tres, es la única que podría no ser recibida a cañonazos por la propia Castedo, algo a tener muy en cuenta si el PP no quiere que la segunda ciudad de la Comunidad se convierta para ellos definitivamente en un solar. Castillo cuenta con apoyos fuera del PP, pero no tantos como enemigos tiene dentro. Y Mazón se atreve hoy a presentar sus credenciales en público, a través de un artículo en INFORMACIÓN [ver la página 35 de esta edición] en el que empieza a perfilar su proyecto para Alicante y propone una serie de grandes pactos entre todas las fuerzas políticas para recuperar la imagen y la autoestima de la ciudad. El paso dado por Mazón, que entregó su artículo hace una semana, fuerza a Castillo a dejar de enviar mensajes a través de terceros y salir a la luz. Y a Sánchez Zaplana le obliga a dejar el refugio en el que tan cómodamente ha vivido durante esta balacera.
