Quien con niños se acuesta, meado se levanta. Toda la vida hemos soltado ese latinajo para expresar lo poco fiable que es dejarse ayudar o acompañar por alguien que se comporta de manera poco madura. Y eso es lo que le ha pasado al buenazo de nuestro alcalde José Manuel Dolón. Las «ciudadanas» concejalas Pilar Gómez y Francisca Parra han demostrado desde el primer día de mandato que no son de fiar. Hoy han rematado esa sensación que algunos, ya viejos y curtidos, veníamos transmitiendo a los de nuestro alrededor. Porque en política y en cualquier otra parcela social, cuando alguien decide apoyar una opción, ha de ser consecuente y permitir que el camino escogido pueda recorrerse. Que se sepa, nadie las obligó a apoyar al denominado pentapartito para que gobernara nuestro Ayuntamiento. Podían haber aupado a los populares para que siguieran mandando otros cuatro años y nadie hubiera podido objetar. Tenían todo el derecho. A muchos nos habría sentado mal pero, insisto, estaban en su derecho.

Su apoyo a José Manuel Dolón y su equipo para que fuera alcalde no era, desde luego, un cheque en blanco, pero una posición honesta y madura les exigía dar un margen suficiente. Y Pili y Paquita no han dado ni una pizca de tiempo ni de tolerancia.

Se han comportado de forma pueril.