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Promoción o crítica

Ha sido un placer coincidir de nuevo en Málaga con Juan Carlos Rivas, el veterano redactor de Días de cine encargado de cubrir esta edición del Festival. En nuestro encuentro volvimos al tema recurrente de casi todas las conversaciones, el de la promoción y la crítica. Hasta qué punto es posible ejercer la crítica hacia el cine español en un programa que está concebido para promocionar los estrenos de la cartelera, para que la gente vaya al cine.

Podría pensarse que la audiencia a la que va dirigido ya viene convencida de casa, ya es un público cinéfilo con el que no es necesario hacer proselitismo. Un público iniciado que, por el contrario, busca en el programa una orientación, un posicionamiento crítico a favor o en contra de la obra, no un mero catálogo promocional de estrenos, que es lo que se practicaba en el fundacional Cartelera de La 1 que acabó fusionándose con Días de cine conservando el equipo de ambos.

Juan Carlos Rivas compartió mi postura. Rivas apuesta por la pieza personalizada. Preñada de matices. En la que se puedan leer, siquiera entre líneas, en lo que se dice y cómo se dice, las bondades o carencias de una película. Lo cierto es que basta hacer un repaso al cine español estrenado en lo que va de año para apreciar hasta qué punto Días de cine ha tomado distancia hacia cualquier tipo de posicionamiento crítico cuando de lo que se trataba era de hablar de nuestro cine. De Incidencias, Embarazados, Tenemos que hablar, El pregón o esa cosa tremendamente fallida llamada Vulcania, poca cosa se dijo. Más bien se dio paso a que sus hacedores las vendieran. Y punto. Cómo cambió el tono cuando llegó Kiki, el amor se hace. Había gustado, y mucho, y Santiago Tabernero desplegó todos sus argumentos en positivo. Haciendo crítica. No promoción.

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