Cada vez se hace más precisa la necesidad de un urbanismo más transparente y democrático, incluyendo páginas webs y redes sociales de sus responsables conectados con los ciudadanos, claro que esta forma abierta de comunicación directa no es ni mucho menos la preferida de sus responsables.

Con lo fácil que es ser objetivo y tratar a esta empresa como a todos, no mirando para otro lado en este caso como en otros similares, mientras se generan denuncias que otra instancia tiene que en resolver, miren por dónde, del Ministerio de Fomento del mismo PP. Claro que hay que permitir la rehabilitación de un hotel sostenible y amable, en plena controversia con la nueva Ley de Costas, no abusando de las licencias, eliminando las palmeras existentes en lugar de sanearlas y hacer varias plantas de parking para el hotel que bloquearía esa zona vital en el tránsito peatonal y de circulación. Los precedentes de los hoteles de Elx, el Huerto del Cura y Milenio, reformados y construidos sin licencia suficiente en pleno palmeral, destruyendo los dos campings existentes, es de la misma colección que lo que ahora ocurre, con la quiescencia política, unos sí y otros no. Y no es justo ni para los demás operadores turísticos que también tienen buenas ofertas y se ven mermadas por favoritismos especiales, ni para profesionales del sector, ni para la ciudadanía en general.

Totalmente de acuerdo de que al técnico denunciante el exalcalde Maciá lo arrinconó injustamente por venganza, ya que le resultó incómodo y le impedía actuar con esa prepotencia característica que solía utilizar, pues le hizo frente a su dictatorial y traumática forma de entender el desarrollo urbanístico en Elx. Mientras, se expulsaba a propietarios de huertos históricos, Gaspar Jaén, Diego el Lechero en el Filet de Fora, con la policía en la puerta. Las actuaciones arbitrarias eran una constante, favoreciendo intereses de promotores e inversionistas, no digamos nada del gran pelotazo de la recalificación ilegal del huerto de Ripoll, en pleno centro urbano, pasándose por el forro todas las manifestaciones y quejas vecinales, favoreciendo intereses de promotoras que construyeron las torres de los nuevos edificios con sentencias finales del Tribunal Supremo, señalando el procedimiento como arbitrario en contra de los intereses públicos, mientras a otros se les ponía la alfombra como vuelve a ocurrir ahora para obtener sus recalificaciones y facilidades urbanísticas. Por ello, a Marcos Adsuar, mientras no se demuestre lo contrario, se le debería de restituir en su puesto anterior en Urbanismo, departamento en el que cumplía su trabajo con eficacia y transparencia, donde se precisan funcionarios objetivos y eficientes, que no tapen lo gordo, los intereses políticos en definitiva, como ha ocurrido con las irregularidades en la absurda adjudicación del Mercat Central sin los informes favorables, ocupado por los concesionarios con sus licencias en vigor, o con la tropelía y consiguiente ruina económica y social que se está haciendo a los vecinos que no pueden acceder a los faraónicos bloques del nuevo barrio de San Antón, y han de quedarse en viviendas sin poderlas reformar ni rehabilitar, sin poder acogerse a las ayudas públicas que la Generalitat ha abierto a través de Pimesa, encima con afección a cargas de urbanización futura. Esto sí que es importante y mucho para humildes jubilados y parados, después de estar toda la vida pagando una vivienda y ahora que se la conviertan en una carga un proindiviso de un futuro solar, tiene miga el asunto, además de las mentiras que continúan durante tantos años. Lo peor es que ahora ni el PP ni el nuevo gobierno municipal quieren reconocer la nueva realidad y el nuevo contexto económico, no quieren decirles la verdad, que siguen después de más de 10 años prometiendo viviendas y un barrio nuevo sin recursos suficientes ni de las administraciones en quiebra, como ocurrió ya con el IVVSA y puede ocurrir con Pimesa y, por supuesto, de la mayoría de familias. Los técnicos municipales están muy preocupados y sensibilizados por la situación que viven los vecinos, la mayoría personas mayores sin formación apenas.

Así se podrían señalar muchas actuaciones urbanísticas que los políticos nos llevan a los hechos consumados, después, con irse de la política, tema resuelto, sin asumir responsabilidades, derribos de edificios protegidos, sin catálogo en la actualidad, etcétera. En definitiva, una concejalía muy golosa políticamente que en muchos casos ha dejado malas sensaciones en su gestión pública. Si una etapa hubiera que destacar positivamente en Elx fue la de Pepe Forner, del PSOE con IU, que abrió el urbanismo democrático a la participación ciudadana, incluyendo las cesiones futuras de los huertos públicos, que otros se han ocupado de abandonar y utilizar en beneficios privados.