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Apuntes afilados

Marc Llorente

El «pobre de mí» socialista

Mariano, crecido por los resultados electorales, zarandea a Pedro y le pone contra la pared. Gobierno a finales de julio con la abstención del PSOE o nuevas elecciones. ¿Y el catálogo de propuestas y reformas? Solo lo pondrá en la mesa a los que muestren disposición al diálogo. Nada de cambios sustanciales. Matizaciones simplemente. En eso consisten los posibles acuerdos. O cheque en blanco. Dieron la espalda a todos los partidos y a la ciudadanía, y ahora buscan manos. Para morderlas, por supuesto. Pero así están las cosas. En clave preelectoral y apuntando a los socialistas como responsables de nuevos comicios si se produjeran, que no se van a producir. Brota el suspense en una representación donde el desenlace es previsible. Si el PP no consigue acuerdos o apoyos con las fuerzas más afines, el PSOE tendrá la pelota en su tejado para lanzarla contra Rajoy o echarla fuera del terreno de juego. Difícil papeleta por un motivo u otro. Si se abstiene, mal, y si vota «no» también. La catástrofe está servida. Por eso, Miquel Iceta ya no baila a ritmo de Queen. Piensa, luego quiere que los socialistas continúen existiendo. Si fracasa el candidato popular, presidente en funciones desde hace siete meses, y no logra articular una mayoría suficiente, propone «acordar la abstención de diversos grupos, pactar una agenda legislativa o volver a hablar con Rajoy» con el fin de repartir las culpas a la hora de que gobierne el PP. Nadie quiere ser culpable. Y se entiende porque es preciso taparse la nariz para dejarle que siga. No obstante, las urnas han hablado y seguirían haciéndolo, en mayor beneficio de los populares seguramente, si hubiese una tercera convocatoria. Si Sánchez y los suyos, excepto González o Guerra, por nombrar dos apellidos andaluces de la vieja guardia, esgrimen el voto en contra y después ocurre lo contrario, las cornadas están garantizadas.

En cualquier caso, el «Pobre de mí» parece imponerse en las filas socialistas. Aun así, «Podemos ha iniciado su declive y el PSOE se fortalece», dice el líder de Ferraz obsequiándose laureles. Todo apunta a que por muy poco tiempo. Pedro camina con Susana (y Pablo) en los talones.

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