Por si alguien albergaba alguna duda al respecto, los acontecimientos acaecidos en las últimas semanas están poniendo en evidencia que el mundo es un auténtico polvorín. En cualquier momento alguien puede prender la mecha y hacernos saltar a todos por los aires. Así que parece inútil, más si cabe de lo habitual, tratar de hacer planes a largo plazo. Y especialmente teniendo a un ser tan peligroso al frente de la Casa Blanca, cuyos arrebatos verbales tal vez signifiquen que anda intoxicado con sus productos capilares. Ya ven que la cosa está pasando de castaño a oscuro y el antiguo director del FBI lo ha acusado de mentiroso. Una acusación ciertamente grave, que puede situarlo al borde del impeachment, esto es del proceso de destitución del presidente Trump. Por seguir con en el ejemplo, en estos mismos días el susodicho se posicionó junto a los países que, liderados por Arabia Saudita, habían declarado el embargo de Qatar, sin tener en cuenta que en este país los Estados Unidos tienen su principal enclave militar de Oriente Medio. Ésta es una muestra de sus muchas salidas de pata de banco, que se cuentan ya a puñados y son altamente peligrosas.

De este lado del Atlántico, a la primera ministra británica le han votado sus conciudadanos, pero no tanto como ella hubiera esperado. En un intento de revalidar sus desacertadas maneras en el proceso iniciado para desvincularse del UE tras el «Brexit», quiso someterse a la confianza del pueblo adelantando las elecciones generales, supongo que esperando salir el loor de multitudes. Pero no ha sido así, porque los laboristas han avanzado y le han arrebatado la mayoría absoluta. La libra se ha desplomado al conocerse los resultados. Los recientes hechos luctuosos de los últimos días han puesto al descubierto numerosas carencias de un sistema que se ha revelado claramente obsoleto. Tras el atentado del Puente de Londres ha quedado manifiesta la lentitud de la policía británica, por no llamarla inutilidad, al haber tardado cuatro días en identificar a tan sólo ocho cadáveres, cuando tras el 11-M se identificaron en 12 horas 155 personas. Esto es importante decirlo, porque los españoles solemos tener un cierto complejo de inferioridad frente al pueblo británico, que es imprescindible que nos sacudamos lo antes posible. El hecho de que Theresa May hubiera minimizado el riesgo de un posible atentado, disminuyendo la seguridad en su país, da una idea de la necesidad de que releven aprovechando el resultado electoral también esta artista, por el bien de todos nosotros.