«Maybe»: quizá ; tal vez; posible, pero no seguro. A la primera ministra Theresa May los británicos la empezaban a llamar la «señora Maybe». Traducido: la «señora Quizás», «señora Talvez» o «señora Esposible». El humor británico con tintes de inseguridad, duda y letra de bolero. Inseguridad en no apoyar o sí el «Brexit», duda sobre convocar o no elecciones anticipadas. Inseguridad y duda entre seguir reduciendo la plantilla policial y recortar los derechos humanos, o no. La aspirante a Margaret Thatcher II sigue los pasos del aspirante a Reagan II. La original no dudaba nunca y el original no hablaba casi nunca. Mrs May es una sucesión de dudas y mister Trump habla hasta por los twitters. La primera ministra May ha pasado de oponerse al «Brexit» a apoyarlo. De garantizar que no habría elecciones a convocarlas. De responsable del Ministerio de la Seguridad -Interior- británico, a reducir la plantilla en 20.000 policías en cinco años. De defender los derechos humanos en la Unión Europea a recortarlos, para «combatir el terrorismo». De advertir con no compartir información de seguridad con la Unión Europea, a no poder utilizar la que ésta le da por falta de plantilla. De tener un servicio de información y policial envidiable a desprestigiar a Scotland Yard por la actuación que han tenido. Y no conocemos suficiente. May maybe primera ministra, veremos.

La mayoría absoluta en el parlamento británico son 326 escaños. Los 650 diputados de la Cámara Baja se votan por circunscripciones unipersonales, con algo más de setenta mil electores que elijen a un parlamentario. Inglaterra elige a 533; Escocia 59 -de los que 54 son actualmente del partido nacionalista escocés (SNP)-; 40 se eligen en Gales, y los 18 restantes en Irlanda del Norte. El partido conservador, Tory, de May tenía una holgada mayoría de 330, frente a 232 de los laboristas, por lo que ni siquiera necesitaba el apoyo de los 9 liberales. Esta mayoría la obtuvo el anterior primer ministro, Cameron. Y May la heredó. Lo que pretende es confirmar esa o más amplía mayoría para tener fuerza en la negociación del «Brexit». Cameron basó su victoria en la promesa del referéndum del «Brexit», que perdió y le costó el cargo; y en el referéndum escocés donde el SNP barrió a los laboristas hasta entonces mayoritarios en Escocia.

Si como pronostican los sondeos a pie de urna -es cuando escribo estas líneas-, Teresa May no repite la mayoría absoluta en la Cámara de los Comunes tendrá serias dificultades para gobernar, incluso para repetir en Downing Street. Y se quedará en la cuerda floja en su propio partido. Tanto el Partido Liberal Demócrata (conocido como Libsdems) como los escoceses del SNP pretenden la repetición del referéndum sobre la pertenencia del Reino Unido a la Unión Europea. Si los conservadores del Partido Tory no obtienen la mayoría absoluta, los minoritarios se pueden convertir en el fiel de la balanza y un «radical» como Jeremy Corbyn tendría opciones de gobernar. El Partido Laborista, ya con Corbyn al frente, se puso de perfil en el referéndum y así sigue. Ahora para tener el apoyo de liberales y escoceses necesariamente tendría que pactar la forma de recular en el «Brexit».

Los conservadores difícilmente podrían pactar con liberales; estos exigen un nuevo referéndum y además salieron escaldados de la anterior coalición. Buscar el apoyo de los Unionistas de Irlanda del Norte, puede acarrear que el Sinn Fein exija la unión con Irlanda. Hasta ahora no consiguen ni siquiera formar gobierno de coalición en Belfast, ni acuden al parlamento de Londres. Implicar a los Unionistas ahora podría abrir la caja de Pandora.

Teóricamente queda la opción de una «gran coalición», pero un gobierno de concentración, conservadores laboristas, ni tiene antecedentes, ni Corbyn lo aceptaría. En cualquier caso el gobierno británico, con liderazgo conservador o laborista, estará más débil para cualquier negociación. Abortar el «Brexit» me parece la opción más factible y sensata; pero la cuanta atrás de los dos años está en marcha.

El alcalde de Londres el laborista -musulman de religión- Sadiq Khan ha demostrado en estos días difíciles que tiene un gran futuro político; la prueba definitiva han sido las desgraciadas críticas de Donald Trump. El gran animador del «Brexit», el UKIP (Partido de la Independencia del Reino Unido) que lideraba N. Farage, el amigo y aspirante a embajador de Donald Trump, puede convertirse en extraparlamentario. Otra buena noticia.