Si Mateo perdió una oportunidad estupenda de pedir disculpas o dimitir en el último pleno, el Ayuntamiento ha desperdiciado ahora unos días preciosos para presentar un informe jurídico que determine si el concejal podía o no votar a favor de la urbanización de un sector de Peña de las Águilas, donde su familia tiene intereses. Conforme pasa más tiempo existe la convicción de que el PP quiere que se olvide la supuesta metedura de pata. Además, ahí sí tiene razón Cristina Martínez, el informe jurídico debería estar avalado por el propio secretario municipal, no por un técnico cualquiera, aunque nadie pone en duda la cualificación de estos trabajadores, pero tampoco vamos a ser tan ingenuos como para no pensar que puedan recibir presiones. De una vez debe clarificarse un asunto que se enturbia a medida que pasan los días. Supongo que al secretario no le debe apetecer nada meterse, sin comerlo ni beberlo, en este berenjenal, pero alguien, ¿quién mejor que él?, debe arrojar luz en este túnel de tinieblas. Aunque claro, es más sencillo hacer un comentario reconociendo que la cosa «no huele bien» a ratificarlo con su firma en un documento oficial. De todas formas, se presente o no el escrito y lo firme o no el secretario o el último técnico del escalafón municipal, la pregunta es la misma: ¿Por qué Alonso aprovechó la ausencia de la edil no adscrita para meter el punto de Peña de las Águilas en el orden del día que no estaba previsto y que una parte de sus propios concejales desconocían? Esa es la incógnita y lo que lo enturbia todo. Si se equivocaron que lo digan de una vez y dejen de poner en marcha el ventilador para tapar un acto reprobable por muy legal que pudiera ser.